Estas son las víctimas judías confirmadas del derrumbe del edificio de Miami

El derrumbe del edificio de Miami es una tragedia nacional que se cobró casi 20 vidas, entre ellas víctimas judías que fallecieron o están desaparecidas.

Entre otros grupos, golpeó un nexo único de la comunidad judía estadounidense en el sur de Florida, hogar de una mezcla de inmigrantes latinoamericanos, israelíes y jubilados del noreste. La ciudad de Surfside, el sitio del colapso, está compuesto al menos de un tercio judío, con una gran población ortodoxa.

Varias de las víctimas judías identificadas formaban parte de esta comunidad en Miami. La lista con los ya confirmados, que desafortunadamente podría crecer a medida que pasen los días.

Fallecidos:

Stacie Fang: 54 años

Nativa de Nueva Jersey que fue la primera víctima del desastre de Champlain Towers en ser identificada: Era vicepresidenta de una empresa con sede en Surfside que produce un evento anual en Chicago para ejecutivos minoristas y de marketing. Su hijo de 15 años, Jonah Hendler, fue rescatado con vida por un transeúnte instantes después del derrumbe. A Fang la declararon muerta en un hospital de Aventura, Florida.

«No hay palabras para describir la trágica pérdida de nuestra amada Stacie», dijo su familia en un comunicado.

Leon Oliwkowicz y Christina Beatriz Elvira: 80 y 74 años

Oliwkowicz y Elvira, una pareja judía venezolana que se mudó recientemente a Florida, estuvieron entre las primeras víctimas del desastre. La policía de Miami-Dade dijo que sus restos fueron recuperados durante el fin de semana.

En 2019, la pareja donó un rollo de la Torá a una ieshivá de Jabad en Chicago, donde su hija trabajaba como secretaria. En la dedicación, Oliwkowicz, hablando en yiddish, expresó su alegría por encargar un rollo de la Torá en memoria de sus padres.

Frank Kleiman: 55 años

Su publicación más reciente en Facebook el 22 de febrero, titulada «Nueva empresa, nuevos comienzos», se refería a una empresa postal que acababa de comenzar. Se casó hace poco con Ana Ortiz, con quien vivía en las Torres Champlain. Estaba ansioso por el nacimiento de su primer nieto.

Su cuerpo fue recuperado entre los escombros el lunes. Ortiz y su hijo Luis se encuentran entre los desaparecidos.

Kleiman, hijo de emigrados judíos cubanos, se crió en Puerto Rico y tenía fuertes lazos con Estados Unidos. Asistió a la Universidad Drexel en Filadelfia, donde obtuvo un título en finanzas y era un gran admirador de los Philadelphia Eagles.

Además, su madre Nancy Kress Levin, también vivía en el edificio. Y su hermano, Jay, estaba de visita desde Puerto Rico. Ellos aún se encuentran entre los desaparecidos.

Desaparecidos

Jay Kleiman: 51 años

Hermano de Frank, estaba en el sur de Florida, en el condominio donde creció, solo para asistir al funeral de un buen amigo que murió de COVID-19.

«Es tan trágico que voló por un amigo que murió por complicaciones de COVID y terminó allí», dijo Mark Baranek, quien entrenó a Kleiman y su amigo, George Matz, en un equipo de fútbol americano de banderas en su sinagoga.

En Puerto Rico, Kleiman trabajó con su padre en una empresa de la industria de la confección.

Nancy Kress Levin: 76 años

La madre de los Kleiman, Kress Levin, huyó de la Revolución Cubana en 1959. Ella y su esposo se establecieron por primera vez en Puerto Rico. En la década del ’80 Levin se mudó como madre soltera con sus dos hijos a Surfside y vivió en Champlain Towers, entonces un nuevo edificio popular entre los judíos hispanos que llegaron principalmente de Cuba.

Tzvi e Itty Ainsworth: 60 años

La pareja, ambos de 60 años, con siete hijos, vivieron en Australia durante casi 20 años y fueron miembros de Jabad en Sydney. Se mudaron al sur de Florida hace varios años para estar más cerca de sus hijos y nietos allí. Una hija vive a pocas cuadras de Champlain Towers. Los Ainsworth celebraron recientemente el nacimiento de dos nietos.

“Cada persona que los encontró alguna vez en su vida se convirtió en su amiga. Todos fueron tratados iguales”, escribió Chana Wasserman, una de las hijas de los Ainsworth, el Día de la Madre del año pasado.

El rabino Nochum Schapiro, jefe de su antigua congregación australiana, dijo que «se insta a la comunidad a orar, decir tehilim [salmos] y hacer mitzvot para que suceda un milagro».

Moisés Rodan: 20 años

Se graduó este año de la Universidad de Florida, donde estudió ingeniería informática. Rodan asistió a una escuela secundaria judía en Caracas, Venezuela, llamada Colegio Moral y Luces Herzl-Bialik. Estuvo involucrado en la comunidad judía venezolana en el área de Miami. En la universidad participó en un grupo de estudiantes llamado Hispanos y Latinos en Ingeniería Eléctrica e Informática.

Andrés Levine: 26 años

Se iba a casar en agosto. El joven de 26 años, que trabajaba en finanzas, se mudó a Florida desde Venezuela hace unos siete años en busca de mejores oportunidades laborales. Asistió a la escuela secundaria con Rodan.

Esther Beniflah Melul, una amiga que fue a la misma escuela y también era amiga cercana de Levine, dijo que habló con él la noche anterior al colapso.

«Teníamos tantos planes, tantas cosas que hacer. Iba a cenar con él ese jueves por la noche. Hablamos la noche anterior. No puedo creer que se haya ido. Venezuela es el tipo de país donde podrían suceder estas cosas, pero no aquí», expresó.

Luis Sadovnic y Nicky Langesfeld

Aunque se comprometieron en la playa frente a las Torres Champlain en diciembre, solo se habían mudado al edificio unos meses antes del derrumbe.

Langesfeld, un abogado cuya familia vive en Argentina, y Sadovnic, quien asistió al colegio judío Moral y Luces Herzl-Bialik en Venezuela, se casaron en una ceremonia civil privada en enero.

Los organizadores de una página de GoFundMe para las familias de la pareja escribieron que les encantaba pasar tiempo juntos en la playa.

“Su presencia es más grande que la vida y su sentido del humor no conoce límites. Tiene el corazón más grande y le encanta mimar a su conejillo de indias Kali, y a sus perros Capo y Zoey”, escribieron los organizadores de GoFundMe.

“Luis tiene los pies en la tierra, se preocupa y ama. Haría cualquier cosa para proteger a Nicky”, escribieron sobre Sadovnic.

Harry Rosenberg: 52 años

Fue un año difícil para él. Su esposa, Anna, murió de cáncer el verano pasado y sus padres murieron de COVID-19. Buscando un respiro se mudó al sur de Florida, donde alquiló una serie de lugares antes de instalarse en las Torres Champlain. Compró su unidad allí el mes pasado. Rosenberg regresó al apartamento de un viaje a Nueva York pocas horas antes de que las torres colapsaran.

«Es un hombre de intensa fe», expresó Sendy Liebhard, una amiga. “La vida le arrojó muchas curvas, especialmente recientemente. Su fe en Dios y su actitud positiva es lo que lo alimenta”.

Malky Weisz y Benny Weisz: 27 y 32 años

Estaban en la ciudad para una visita: a Harry Rosenberg, el padre de Malky.

La pareja vivía en Lakewood, Nueva Jersey, una ciudad con un alto porcentaje de judíos ortodoxos. Malky trabajó como auditora en una empresa de contabilidad y Benny, originario de Austria, trabajó en finanzas.

Benny estudió en una ieshivá en Israel y en un kolel en Lakewood.

«Lo sabe todo. Puede citar las obras de los grandes dramaturgos y poetas alemanes como Goethe y Schiller, y explica los debates más complejos del Talmud con comentarios relevantes”, manifestó Shushy Bernholtz, amigo de Benny desde la infancia.

Ilan Naibryf (21 años) y Deborah Berezdivin

En marzo, la Universidad de Chicago otorgó a Naibryf y dos compañeros de clase 15.000  dólares por su puesta en marcha, una empresa de tecnología financiera que permitió la compra de bienes y servicios con acciones.

Naibryf, nativo de Argentina y criado en Hawai, era un estudiante de física y ex presidente del centro de estudiantes de Jabad de la universidad. Acababa de cumplir su tercer año cuando él y su novia, Deborah , viajaron a Surfside para asistir al funeral de un amigo de la familia. La familia de Berezdivin poseía dos unidades en el octavo piso del edificio.

Berezdivin se especializó en marketing en la Universidad George Washington y se crió en Puerto Rico. Ella soñaba con trabajar en moda de lujo, según un reportaje de El Nuevo Día.

Linda March: 58 años

Una abogada con un fuerte acento de Brooklyn, se mudó a Champlain Towers en busca de un lugar menos estrecho para vivir cerca de la playa.

Paula Silverman, una amiga cercana que le había enviado un mensaje de texto a March solo unas horas antes del colapso, dijo que estaba buscando comenzar de nuevo después de enfermarse con COVID el año pasado. March perdió a una hermana por cáncer hace más de 10 años, y luego a sus padres poco tiempo después.

“Era joven y estaba lista para la siguiente etapa de su vida. No puedo entenderlo”, dijo Silverman al Jerusalem Post.

“Ella conocía a todos. Caminabas por la calle y la veías hablando con el cartero, hablando con todo el mundo, repartiendo barbijos a todo el mundo. Un corazón de oro», aseveró su amiga.

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Vía The Times of Israel