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Por su parte, Israel permaneció en silencio durante un minuto el martes por la noche recordando a los miembros del servicio que murieron protegiendo al estado y las víctimas del terrorismo antes del 74º Día de la Independencia del país.
En total, 24.068 soldados de las FDI, policías, guardias de prisiones, el servicio de seguridad Shin Bet y agentes del Mossad han muerto desde 1860 defendiendo el Yishuv preestatal e Israel. Ese número también incluye a miembros de las milicias preestatales y la Brigada Judía, que sirvieron en el ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial.
Según el Instituto Nacional de Seguros, unos 3.199 civiles murieron en las hostilidades desde el establecimiento del Estado.
En el último año murieron 71 soldados y personal de seguridad de las FDI. 30 veteranos murieron a causa de sus heridas. Desde marzo, 15 israelíes fueron asesinados por el terrorismo.
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El año pasado, 56 soldados y personal de seguridad de las FDI murieron sirviendo al Estado, y 84 veteranos de las FDI que resultaron heridos durante los ataques murieron a causa de sus heridas. Desde finales de marzo, 15 israelíes han muerto en ataques terroristas.
La ceremonia principal del Día del Recuerdo se llevó a cabo en el Muro de los Lamentos en la Ciudad Vieja de Jerusalén en presencia del presidente Isaac Herzog y el jefe de gabinete, el teniente general Aviv Kohavi.
“La sirena que atravesó nuestras vidas hace unos minutos es el momento más puro del calendario israelí. Un momento que tira de las cuerdas de nuestras almas. Un momento de intenso y amargo dolor”, dijo el presidente Herzog. “Ese momento que habla de la esencia de esta semana, la esencia del propio Estado de Israel: del dolor más profundo al milagro de la independencia y el renacimiento”
Al presentar sus respetos a los caídos que vinieron de “todas las comunidades y sectores”, Herzog dijo que el país es “socio en el orgullo y el dolor”.
“Servían juntos y su unidad era un hecho evidente. Fueron enterrados en el suelo de esta buena tierra en la uniformidad vinculante de sus cementerios, y su unidad es un hecho evidente. Los recordamos. Sus caras, sus voces, sus risas rodantes. Las minas. Las balas que les quitaron la vida”, continuó.