
El Keren Leyedidut es una de las organizaciones que brinda ayuda a aquellas personas judías que quieren hacer Aliá y vivir en Israel. «Esta fundación siempre tuvo como norte ayudar al bienestar de los judíos en el Estado de Israel. Lo empezó a hacer a partir de cuatro vertientes. Una, ayudar al ejército de Israel con el desarrollo de tecnología de infraestructura; la segunda, sobrevivientes de la Shoá; tercero, para las poblaciones vulnerables; y en cuarto lugar por la Aliá», le remarcaron a Vis á Vis el Director para Iberoamérica, Gustavo Gakman (GG), y el representante del Keren Leyedidut en Argentina, Leonardo Naidorf (LN), minutos antes de que se inicie una actividad con un nuevo grupo de Olim que viajará en poco tiempo a Israel.
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¿Qué es el Keren Leyedidut?
LN: En hebreo significa fondo o fundación para la amistad. Es una organización que se creó a principios de los años 80 en EE.UU. a instancias del rabino Yechiel Eckstein, nacido en Canadá, pero que se desarrolló en Estados Unidos, y que además de rabino era filántropo. Esta fundación siempre tuvo como norte ayudar al bienestar de los judíos en el Estado de Israel. Lo empezó a hacer a partir de 4 vertientes. Una, ayudar al ejército de Israel con el desarrollo de tecnología de infraestructura; la segunda, sobrevivientes de la Shoá; en tercer lugar para las poblaciones vulnerables; y cuatro por la Aliá. Este cuarto punto lo canalizaba a través de aportes directos a la Agencia Judía, de la cual formaba parte como uno de los líderes y también otras organizaciones como el Joint. A principios del 2000 hace Aliá con toda su familia y muda la sede del Keren Leyedidut a Jerusalén. En 2014, y esto tiene que ver con la actualidad porque estamos viviendo un conflicto entre Rusia y Ucrania, donde hubo un primer episodio, ya tenía y tiene una operatoria muy fuerte en la zona a través de la relación con diferentes operaciones. El Keren Leyedidut decidió trabajar en la zona su propio departamento de Aliá y eso es lo que conocemos aquí en América Latina.
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Si hay que marcar una diferencia con otras organizaciones, ¿cuál es?
LN: El rol que fue ocupando el Keren Leyedidut con respecto a la Aliá también se fue adaptando. Si bien hay algunos principios centrales de las organizaciones de Israel, es una de las ONG más grandes del país. Algunas de las cuestiones se fueron adaptando a las realidades locales.
En nuestra región, América Latina, la ayuda del Keren Leyedidut tiene dos componentes centrales. Además de todos los beneficios que tiene la gente cuando hace Aliá, que les garantiza el Estado de Israel, el Keren Leyedidut da una ayuda adicional. Aparte de eso, y creería yo el más importante, acompañamos a los olim en su proceso. Desde que tiene la primera idea hasta los primeros seis meses en Israel, que hace el periodo de absorción. En todo ese tiempo el Keren Leyedidut acompaña, asesora. Ese te diría yo que es el aporte más importante más allá de lo material, porque es algo central.
Agrego un tercer punto, y es que el Keren Leyedidut trajo como novedad agregar ayuda a los ciudadanos israelíes que viven fuera de Israel hace más de 10 años y que por diferentes razones están planeando volver.
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¿Las organizaciones son complementarias de alguna manera?
LN: Cuando hablo con la gente que va a hacer Aliá digo que no hay que olvidar que es un proceso de obtención de ciudadanía directa. Eso requiere una parte burocrática enorme. Esa parte la asume la Sojnut (Agencia Judía). Nosotros trabajamos especialmente lo que es contención, asesoramiento. En la previa y en la llegada.
En relación a la colaboración y a los beneficios, Naidorf aseguró: «Eso está bastante estandarizado. Si bien nuestra ayuda es extendida, no es que varía de acuerdo el caso, no evaluamos cada situación. Es muy concreta. Pasajes aéreos y en el caso de los olim se les da un subsidio económico adicional por integrante de familia. Hay un valor de 1750 shekalim por adulto y 1000 por menor. Si bien se actualiza anualmente, se mantiene ese valor y, además, le damos la posibilidad de despachar tres valijas, que es un montón. Por lo cual la ayuda material es exactamente esa».
Por su parte, Gakman se refirió al proceso de la familia que hace Aliá: «Una vez que llegan al aeropuerto Ben Gurion, el ministerio de Absorción se encarga de la parte de recibirlos en el aeropuerto, aunque nosotros estamos en contacto con aquellos que no tienen el apoyo del Ministerio. Lo acompañamos del momento que llegó al aeropuerto, ya sea con transporte, aconsejándole los próximos pasos. En general damos acompañamiento de seis meses. Cuando llega le damos información general para todos, dónde hacer documentación, seguro médico, cuentas de banco, etc. Y durante los seis meses somos una especie de teléfono rojo. No es que vamos a acompañar a cada uno de ellos a una cuenta de banco, sino que para cada tipo de pregunta estamos allá, para que se sientan acompañados. En ciertos casos podemos dar alguna ayuda extra, pero para las familias que estén necesitando algo específico».
¿Cuáles son los principales motivos por los que una familia hace Aliá?
GG: Creo que la mayoría es un motivo económico, pero en los últimos años es un perfil de familia que están bien en el lugar que estaban, están trabajando y demás, pero sí están pensando en el futuro más allá de los hijos, y por eso deciden hacer Aliá. Además, un tercer motivo es la seguridad personal.
LN: Hay unos componentes permanentes, por ejemplo el perfil de los jóvenes estudiantes. Es algo que no varía tanto de acuerdo al contexto. Siempre hay un flujo de estudiantes entre 18 y 30 años que los componentes varían. En general lo económico es menos porque no tienen un desarrollo económico que los ahogue. A veces hay algo de ideológico, a veces hay algo de perspectiva, de oportunidad. Ese es un perfil más o menos estándar.
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En sus redes publican muchas familias que hacen Aliá, ¿qué sienten ustedes durante el proceso?
LN: Mirá, la palabra que yo creo que sintetiza esto es empatía. En mi caso, Gustavo también, tenemos mucha trayectoria laboral comunitaria. En muchos casos hablé yo, y lo que me permitió este trabajo es escuchar. Muchas veces cometemos el error de creer que lo que necesita el olé es escucharnos a nosotros, y en verdad necesitan que los escuchemos. Eso implica que si bien hay cosas que son estándar, cada uno tiene su historia y su componente. No tenemos que prejuzgar las razones que motivaron. Mirar un poco más allá para saber cómo los podemos ayudar y orientar, dentro de algo que viene prearmado. Nosotros somos como otros agentes vehiculizadores, pero hay que encontrar qué hay de particular en ese caso.
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¿Cómo hace la gente del interior?
LN: Esto vale para cualquier localidad de la región. Si bien las comunidades judías tienen niveles de concentración urbana, también hay gente de lugares muy distintos. Este es uno de los puntos buenos de la pandemia, que fue corrernos del eje de la oficina física. Todos hoy tienen igualdad de condiciones porque todo es digital, telefónico. No importa dónde vivís, te atendemos al mismo tiempo con la misma energía, con los mismos recursos vivas donde vivas. Eso para nosotros fue un aprendizaje.
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Hace un tiempo ustedes mencionaron que el 40% del total de personas que viajaron en el 2021 se corresponden con el primer trimestre del 2022. ¿Cómo está la situación?
LN: Veníamos conversando sobre ese tema. Nosotros no tenemos la información de los ingresos porque no manejamos las carpetas, pero sí circulaba que podía haber una baja en la Aliá, ya que estamos en un momento de pico y es lógico que se estabilice. Pero para lo que queda de 2022 los números van a seguir siendo altos.
GG: La comparativa hasta fin de mayo del año pasado y de este año es de mayor olim en 2022 que en 2021.
LN: Y esa tendencia hasta diciembre va a seguir.
Naidorf también se refirió a hacer Aliá con mascotas: «Es algo que está permitido. En general para las familias con mascotas es importante, pero las mascotas no fueron pensadas por el Estado de Israel como parte de su objetivo de Aliá. Para las familias es un problema entenderlo. Pero tratamos de acompañar el proceso».
Además, dijo que el proceso de absorción «es un 10%/20% de documentación, un 30% aprendizaje y habilidades y un 50% que te caiga la ficha de que estás en otro país y hay que empezar de vuelta».
«El Keren Leyedidut tiene oficina en San Pablo, Río de Janeiro, Buenos Aires, Montevideo (Uruguay) y México City», dijo Gakman. «La oficina de Uruguay abarca más el Cono Sur, que son todos los países que no son Brasil y Argentina. México abarca la parte norte como Panamá y Costa Rica».
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¿En qué consiste la unión de Keren Leyedidut y la empresa Leap?
LN: Detectamos dos problemáticas. Una muy breve, que es la cuestión laboral, un tema que angustia. Dos, los olim que tienen formación profesional tienen una problemática específica. La agencia Leap tenía esa doble posibilidad: de asesorar integralmente en lo que es reválida de títulos y reconversión para los olim profesionales que es el foco principal, pero también acompañar a los olim en su inserción laboral. Este último es el objetivo principal.
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¿Cómo se manejaron durante la pandemia?
LN: Estamos vivos, ja. Fue más aprendizaje que otra cosa. Especialmente el primer año, 2020, fue muy duro, muy difícil, por las restricciones varias y cambiantes. Y en todo ese proceso contener al olé. Se pudo llevar adelante la alianza con la Sojnut y con el Estado. Hoy creo que somos mejores.
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¿Hay algunas ciudades determinadas para los olim?
LN: El mapa de Israel está totalmente abierto a la Aliá. Hay ciudades que tienen mayor actividad o infraestructura para recibirlos, pero el mapa está abierto. Nosotros desde el Keren Leyedidut tenemos reuniones semanales con todos los municipios para conocer sus ventajas.
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¿Cómo se contactan con el Keren Leyedidut?
LN: Promovemos que lo hagan por las redes sociales. Es un primer canal para entender. Después están los mails y celulares de los referentes en diferentes países. Cualquiera de los dos canales está bien.
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¿En algún momento consideran tarea cumplida?
GG: Yo creo que no hay tarea cumplida. Nosotros somos una ayuda más. No hay límite que un olé necesite recibir. Sí tenemos un plazo de seis meses en el país, aunque tenemos pedidos/reclamos fuera de este periodo y no somos indiferentes. Creo que no hay misión cumplida.
LN: Agrego a esto que todos los que trabajamos en Aliá trabajamos pensando en los primeros seis meses. Ahora creer que todas las personas a los 180 días exactos terminaron su absorción…hay algunos que sí, otros que no. Trabajamos para que estén lo más preparados posible.
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Supongo que también hay un grado de satisfacción cuando llega un olé recordado por otro que ustedes habían trabajado anteriormente, ¿no?
GG: En parte es el motor que nos deja seguir trabajando. Es un trabajo muy difícil, hay mucha ansiedad. Esa satisfacción es lo que nos da fuerzas para seguir.
LN: Eso es lo principal. Lo hablamos en equipo. Vos preguntás cómo llegan y cada vez más lo hacen por derivación de otros.
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