El legado que transmitimos y la oportunidad que tendremos. Por Gustavo Szpigiel

El legado que transmitimos y la oportunidad que tendremos. Por Gustavo Szpigiel
El legado que transmitimos y la oportunidad que tendremos. Por Gustavo Szpigiel

El año pasado, en este mismo día, hablé de honrar la elección de vida, del ser judío: “Nosotros tenemos que honrar esta maravillosa oportunidad que nos da la vida de poder elegir quiénes somos, hacia dónde vamos y cómo lo transmitimos”.

Este domingo 25 de septiembre comienza Rosh Hashaná, no sólo el comienzo del año nuevo judío sino también el de los días sagrados. La explicación literal indica que Rosh Hashaná quiere decir «cabeza de año», lo que marca el comienzo del año nuevoLa celebración empezará con la aparición de la primera. Este camino de reflexión culminará el 5 de octubre con el Día del Perdón.

Cuando uno vive en la diáspora, rápidamente ubica a una familia judía en un edificio de departamentos; el aroma que proviene de los pasillos en las fiestas judías claramente los identifica. 

Me pasaba a mí con Nujem, mi maestro de Bar Mitzvá. Vivía en la calle Acevedo, en Villa Crespo, y entrar a su edificio era entrar a una olla de guefilte fish. Esa memoria olfativa me quedó para siempre. O la preparación en la casa de mi Bobe o en mi casa cuando ya mis abuelos no estaban. La receta para preparar ese guefilte estaba escrito en una hoja de papel en birome que su mamá le pasó a mi mamá y BH mi mamá no fue egoísta y se lo pasó a mi esposa, quien ya hace mucho tiempo no tiene que leerlo para prepararlo. Hoy somos nosotros junto a mis hijos y nietos quienes sentimos ese delicioso aroma. Ese legado pasa de mano en mano y seguramente ellos lo seguirán disfrutando a través de los tiempos.

Hace muy poquito tiempo tuve la oportunidad de sostener a mi segundo nieto en el momento de su Brit Milá, la primera Mitzvá como judío. Seguramente mi hijo sostendrá a su propio nieto dentro de muchos años. Y la tradición judía seguirá vigente.

Somos una familia aferrada a las tradiciones y disfrutamos de eso. Nos sentimos orgullosos de nuestro “ser” judío. Nos sentimos orgullosos de transmitir ese legado.

En este 5782 muchas familias judías argentinas decidieron hacer aliá. Eligieron un nuevo camino y sintieron que Israel les daba la oportunidad de vivir ahí con todas las posibilidades de sentirse “en casa”. Y así como nuestros abuelos no tuvieron opción y llegaban adonde el destino o la suerte elegía, ellos sí la tuvieron y decidieron que ese era el camino. Elección, oportunidad y legado. La vida judía misma.

Vivimos en una región donde en la misma semana no se recibe a un embajador de Israel para entregar sus credenciales por la muerte de un terrorista palestino y no se condena la muerte de una iraní a manos de su gobierno “por usar mal” su jihab (velo).

Vivimos en un país donde un legislador argentino pide la desaparición del Estado de Israel pero no dice nada cuando caen bombas en jardines de infantes de ciudades israelíes o acuchillan y matan a jóvenes judíos.

Vivimos en un país donde la embajada de Israel y la mutual judía sufrieron dos atentados con más de 100 muertos, mataron al fiscal que investigaba uno de ellos y ninguno de los tres atentados fueron esclarecidos.

Leer más – Con un gran brindis comunitario, el Congreso Judío Latinoamericano, AMIA y DAIA celebraron Rosh Hashaná

Vivimos en un país donde tenemos que trascender al antisemitismo, antisionismo o judeofobia y sentir que algun día esas “generaciones contaminadas” dejarán de estarlo y entenderán que estamos en 2022 (5783), y que no es lo mismo que hace 75 años. Somos el producto de ellos pero somos otros los judíos del mundo e Israel es el país de los judíos. Y lo vamos a defender siempre. Desde el último lugar del planeta en el que vivamos.

Es muy gratificante para aquellos que vivimos en la diáspora seguir manteniendo nuestra tradición judía. Aunque no sea fácil. Y la vamos a seguir manteniendo aunque íntimamente sintamos que haya quienes no quieren a los judíos ni a Israel. Y aquellos que usan kipá la seguirán usando en la calle, y aquellos que difundimos en forma masiva qué sucede en la comunidad judía argentina, Israel y el mundo lo seguiremos haciendo.

Vivimos en el lugar que elegimos. Ese lugar en el que recibimos un legado que hoy estamos transmitiendo. El lugar por el que cada día seguiremos transmitiendo vida judía. Seguiremos sentándonos junto a la mesa familiar en cada fiesta, seguiremos alentando la educación judía y viviendo el “ser” judío en cada uno de nuestros pasos. 

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Porque ese fue el legado y ésta es nuestra oportunidad de transmitirlo.

Shaná Tová Umetuká.

Por Gustavo Szpigiel, director de Vis á Vis

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