El Museo del Holocausto de Buenos Aires confirmó la triste noticia del fallecimiento de la sobreviviente Tauba Cymrot de Gomplewicz Z’L.
Tauba nació en 1926 en Chmielink, Polonia. Siendo niña trabajó en una plantación de tabaco para conseguir comida. La apresaron y enviaron primero a Skarzysko Kamienna, desde donde la deportaron a un campo de concentración en Częstochowa.
Luego, en Częstochowa, Tauba trabajó en varias fábricas hasta la llegada del ejército soviético. Cuando finalizó la guerra recorrió varios países de Europa.
Conoció y se casó con Hersz Gomplewicz y tuvieron un hijo. Los tres viajaron a Montevideo primero, y luego a Buenos Aires. Inicialmente no se les permitió entrar, hasta que lo consiguieron en 1948. Poco después nació su segunda hija. Tauba tuvo también cuatro nietos y cinco bisnietos.
Además, Gomplewicz formaba parte del Programa de Ayuda a Sobrevivientes del Holocausto de la Fundación Tzedaka.
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En enero de 2019, Tauba presenció el acto del Día Internacional de Conmemoración en Memoria a las Víctimas del Holocausto al lado de Mauricio Macri, en ese entonces presidente de la nación.
Cuando llegaron al Palacio San Martín les dieron a todos los sobrevivientes la ubicación en la primera fila. A ellos dos los separaron por intermedio de un asiento que estaba libre pero que no sabían para quién era. Y se sentaron sin preguntar.
“Yo era una chica normal, se decía en el pueblo lo que pasaba en Alemania. Algunos creían, otros no. Muchos sólo pensaban en sí mismos. Hasta que empezó la guerra y la gente corrió a comprar provisiones. Tenía 12 años. Había una sola bomba de agua, no era fácil llegar hasta ahí. Hasta que se escucharon los pasos fuertes y al día siguiente lo primeros muertos; habían llegado los alemanes”, contó Tauba sobre su vida.
Además, recordó cuando llegó la convocatoria para llevarse personas entre 15 y 25 años. “Salí y mi madre me dejó un papel con la dirección de mi padre en Argentina. Me llevaron a un gueto; un sitio sucio, con trenes, gritos y perros ladrando. Nadie sabía nada. Nos dejaron en un lugar cerrado, no sabíamos si estábamos de pie o sentados. Hubo malos tratos constantes. Había que hacer caso, sin llorar. Y trabajé de modista. Sobreviví, vine a la Argentina y consolidé una familia hermosa”, relató Tauba hace un tiempo.