Antecedentes
El conflicto entre el Estado de Israel y el conglomerado de grupos palestinos es de larga data. El “Acuerdo” entre el Rey Feisal y el Dr. Jaim Weitzman en 1923, 100 años atrás, fue destrozado por los Imperios Británico y Francés (Acuerdo Secreto Sykes-Picot). A partir de dicho suceso los árabes de Palestina no dejaron de perder innumerables oportunidades para convivir en paz con los judíos de Palestina.
En 1947 no aceptaron la “Partición en 2 Estados” resuelta por las Naciones Unidas y junto con 6 países árabes declararon la guerra en 1948 al recién nacido Estado Judío.
Posteriormente despilfarraron variadas coyunturas para establecer su propia Entidad eligiendo el sendero de la confrontación permanente: a) en 1949, con el “alto el fuego” al finalizar la Guerra de la Independencia; b) entre dicho año y 1967 al no exigir a los ocupantes egipcios y jordanos de sus tierras la constitución de un Ente propio; c) en 1979 con los “Acuerdos de Paz” entre Egipto e Israel donde se pensó en una Autonomía; d) a partir de 1993 quebrando varias veces los “Acuerdos de Oslo” (“Gaza y Jericó primero”); e) en el año 2000 dejando Arafat varados en Camp Davis a Bill Clinton y Ehud Barak para lanzar una sangrienta intifada que dejó 1000 israelíes asesinados y 10.000 heridos y mutilados, producto de incalculables atentados terroristas.
Finalmente fueron también infructuosos los diversos intentos de “conversaciones” con el Presidente de la ANP (Autoridad Nacional Palestina) Mahmud Abas quien, hasta el día de hoy, se niega a mantener contactos directos con los representantes del Estado de Israel. Por otra parte la ANP ha perdido toda autoridad en las ciudades y poblaciones de Cisjordania: Jenin, Hebrón, Belén, Jericó, Kalkilia, Nablus, etc. Es evidente la imposibilidad de establecer, en estas condiciones, una “Entidad Palestina”. Asimismo entre la terrorista Gaza y la corrupta Ramallah se ha creado entre ellas un dilema inasequible. Esta situación ha llevado a pensar en otro tipo de soluciones para este conflicto centenario.
Un paradigma diferente
Mordejai Kedar, un erudito israelí de la cultura árabe y Profesor de la Universidad Bar-Ilan, propone lo que él denomina como “The only solution possible” (una solución posible). Kedar sugiere emular “the Emirate paradigm” (el paradigma emiratí) compuesto por 8 Emiratos autónomos. ¿Qué quiere decir? Los Emiratos Árabes son entidades basadas en la “Familia”, en el “Clan”, en la “Tribu”; gente relacionada ancestralmente entre unos y otros y con una vida y tradiciones comunes. Quieren casar a sus hijas dentro del grupo, entre familiares y miembros del Clan. Están abiertos a negociar y comerciar entre el mismo grupo y como tal con el exterior, uno de los cuales podría ser Israel. Así funcionan hoy los diversos Emiratos mencionados cuyos líderes son legítimos y legitimados por el mismo grupo. Es una estructura que funciona mejor que otros países árabes como por ejemplo Irak, dividida en 10 religiones y otras tantas etnias; Libia que es un Estado fallido; Siria ocupada por varios países y bandas terroristas; Sudán en guerra entre militares, etc.
Estos escenarios fueron iniciados y provocados por Gran Bretaña y Francia cuando pergeñaron fronteras lineales mezclando tribus, religiones, etnias antagónicas, incorporando identidades diferentes y rompiendo lealtades tradicionales milenarias, creando así, como ya se ha mencionado, una serie de Estados fallidos y artificiales. En cambio los Emiratos árabes son estables y previsibles pues cada uno de ellos tiene su propia organización y su auténtico líder, respetándose entre todos ellos. Pues entonces se podría aplicar este sistema adoptando el “paradigma triunfante emiratí” en lugar de obstinadamente seguir insistiendo en crear un “losing state” (Estado perdedor) como el promovido para la ANP. Los “Acuerdos de Abraham” son el mejor ejemplo que pude convertir en una realidad esta propuesta del Profesor Mordejai Kedar.