Desde que comenzaron a devolver a los capturaros por los terroristas de Hamás en Israel el 7 de octubre tengo alivio pero también un odio que no puedo negar. En la entrega de personas acordadas por un mundo árabe mezcla de autoritarismo y progreso, tal vez para demostrar algo de civilización, hay una especulación disfrazada de parte de los que se apoderaron de la vida de gente libre para convertirlos en sus presos, cautivos. Desde que invadieron tenían orden de matar, quemar y destruir judíos, sus casas, sus instituciones, sus campos, sus pertenencias hasta los perros como moneda de canje a cambio de varios objetivos. El primero fue demostrar su poder de ataque sorpresa planeado detalladamente con un servicio de inteligencia efectivo; segundo el ejecutarlo, al igual que en la Guerra de Iom Kipur, en un día de festividad judía en la que la población está más relajada; y tercero para matar, robar y tomar rehenes. En esa preparación de hombres comandados por mentes dictatoriales y perversas que dominan al pueblo palestino debemos recordar que no solo no se reveló sino que además se sometió a su ocupación habiendo sido votados en más de una 65%. Esa pasividad los condenó a la pobreza extrema mientras Hamás recibía millones de dólares internacionales para ayudar falsamente a la población con la sola ambición de la destrucción de Israel. Así cavaron y construyeron 500 kilómetros de túneles, una obra de ingeniería sin par, para vivir como topos armando su logística mientras sobre la tierra el hambre y la desidia les servía s como muestrario de la pobreza del pueblo palestino.
Después del 7 de octubre el mundo supo lo que no quiso saber de qué son capaces de mucho más los terroristas que los atentados ya perpetrados en distintos países. Al mundo mientras no le tocó en carne propia un atentado como el de las Torres Gemelas en Estados Unidos, la Embajada de Israel y AMIA en Argentina o la matanza de los deportistas israelíes en las Olimpíadas de Munich de 1972, no le sirvió de advertencia. Tampoco les hizo espantarse de que en Gaza se usaran las instalaciones de colegios y hospitales como guaridas de guerra. Ni siquiera reconocer que los terroristas se mezclan con la población para engañar y lanzar miles de cohetes. El resto ya lo conocimos gracias al periodismo y a los soldados israelíes que han mostrado su logística poniendo en peligro a la población indefensa. Al mundo le ha preocupado las bajas lamentables que viven en las calles entre el comercio para ganarse la vida, los niños que ambulan de aquí para allá como si no tuvieran lugares para sus actividades, la utilización de la escuelas como depósitos de armas, culpando a Israel del peligro al que fueron expuestos por su gobierno.
Todo esto se vio y se supo a través de los medios de comunicación y de lo que el ejército israelí fue mostrando en su avance en Gaza. Pero con la liberación de los rehenes, palabra que duele hasta el tuétano, hay un submundo que deja sabor amargo de lo que todavía no se sabe y es lo que un día contarán los secuestrados. Esos mismos que desde que comenzó a cuenta gotas su liberación se los ve bajar limpios, arreglados, con botellas de agua, con juguetes a los niños con dificultad a los ancianos y con una despedida de sus captores al mejor estilo de caballeros. Los entregan despidiéndolos como gente educada y respetuosa a los que los capturados responden seguro adiestrados para demostrar ante las cámaras lo bien que fueron tratados. A esa gente que vivió 50 días bajo sus garras, ocultos, sin ver la luz del sol, con niños sin padres, con huérfanos que ellos mismos mataron ante sus ojos, a todos bajo su mando en cautiverio….como su hubieran sido bien cuidados…claro a cambio de la publicidad y accionar como correctas personas. Los miramos con estupor ante el encuentro de familiares que nunca más olvidarán lo padecido. Algo así como lo que demostraron los sobrevivientes de la Shoá que callaron para no recordar y seguir viviendo. En este cautiverio no hubo números tatuados en los brazos pero hubo espanto que nunca olvidarán. Y mientras son liberados por tandas a cambio de prisioneros palestinos de un lado de la frontera hay lágrimas del otro hay disparos al aire de kalasnikov. De un lado se trata de reconocer el ADN de los cadáveres judíos y del otro se los entierra en fosas comunes. De un lado las morgues se convirtieron en depósitos de masacrados y del otro la desprotección que ha tenido el pueblo palestino hasta ante la muerte. De la misma forma que destruyó lo que Israel dejó al retirarse de Gaza, en el año 2005, siguen sin construir progreso para su pueblo.
La única verdad es que Israel ha demostrado al mundo que construye refugios para sus ciudadanos, que tiene una infraestructura sanitaria envidiable en la paz y la guerra, que tiene un ejército y armas al servicio de la defensa y tiene un pequeño país preparado de inteligencia supervisora de su seguridad que esta vez falló en la invasión de los bárbaros y que llevará esta crisis política de grandes replanteos. Porque para Israel tanto el ejército como la población es una familia que ahora quedó herida y en duelo.
¿Pregunto si la humanidad se ha conmovido ante esta barbarie acontecida?
¿Pregunto si a otros ataques terroristas que sucedieron le pidieron algo a cambio como a los israelíes liberación de presos palestinos?
¿Pregunto si los foros internacionales se han cuestionado porqué otros países árabes no quisieron hacerse cargo de los palestinos?
¿Pregunto si habrá una indemnización moral hacia los judíos ante lo sucedido y luego traicionado en la critica por ser antisionistas cuando Israel se defendió? ¿Cómo reaccionarán ayudando los países a los castigados ciudadanos israelíes de su desprotección ante el terrorismo internacional que afectó y afecta a tanta gente?
Los judíos pertenecen a un pueblo que siempre siguió adelante, siempre se levantó de las ruinas, siempre creyó en un mundo mejor y ahora con el retorno del antisemitismo histórico dice NO a sus enemigos. No están dispuestos a dejar que lo sigan castigando por los prejuicios y mentiras propagadas en su contra por religiones y por ideologías políticas.
Al ver a los rescatados solo quiero vivir para escucharlos contar sobre su cautiverio y de ahí saldrá la verdad que tampoco le interesará al mundo.
Quisiera un tribunal internacional para juzgar y condenar a los criminales, y si no es así, que el mundo recuerde el final del criminal Eichmann y otras justicias que no deben caducar.
Por Martha Wolff
No solo cinismo y judeofobia, si no tambien muchisima ignorancia!!
Pero en caso de Israel …el odio es ancestral y me atrevo a decir casi imperceptible para algunos que lo llevan bajo la piel!!
La humanidad no se hace cargo!!
Hará falta otro Pearl Harbor????
Por supuesto otro Pearl Harbor???