El sábado pasado se disputó en Hacoaj la final de dobles del torneo ITF World Tennis Tour W35 Hacoaj II en la que la dupla integrada por la estadounidense Jamie Loeb y la mexicana Ana Sofía Sánchez se impuso por 7-5 y 7-6 (2) a la formada por la peruana Romina Ccuno y la rusa Daria Lodikova.
Hasta aquí la información estrictamente deportiva.
¿Qué tuvo de particular este partido? Que de un lado de la red estaba Jamie Loeb, judía, y del otro Daria Lodikova, musulmana. En un mundo ideal este detalle debería pasar totalmente desapercibido. Pero estamos muy lejos de vivir en un mundo ideal, sino que habitamos uno en el que -lamentablemente- prevalece el odio, con toda su carga de destrucción irracional.
Eso no ocurrió este sábado en la final de dobles que se disputó en Hacoaj. Más bien todo lo contrario. Prevaleció el espíritu de sana confrontación del deporte, así como los valores del respeto, la camaradería. Una luz de esperanza entre tanto dolor.
Esto contrasta con la polémica que se generó hace algunas semanas cuando la tenista Paula Ormaechea participó también en el torneo luego de haber difundido algunos mensajes antisraelíes en sus redes sociales.
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Foto: Daria Lodikova es la tercera desde la izquierda y Jamie Loeb la segunda desde la derecha