No repican las campanas, sólo suenan más fuerte las campanadas que anuncian un año trágico para la humanidad, para occidente y como ocurre a lo largo de la historia, han comenzado por nosotros, “los judíos”. En la actualidad ocurre un hecho sin precedentes, las minorías rechazadas, torturadas o expulsadas por quienes nos asesinan adhieren a la eliminación de Israel y del pueblo judío, siendo que en el Estado de Israel sus propias comunidades viven en absoluta libertad su elección personal e individual.
Recientes estudios que ofrecen datos precisos sobre el creciente número de población antisemita, nos sorprende cuando el porcentaje reflejado en los grupos minoritarios supera al porcentaje manifestado en la población musulmana.
Miramos a nuestro alrededor y son pocos quienes nos acompañan, incluso y con inmenso dolor, vemos hermanos no esclarecidos que prefieren disimular su condición judía.
En este trágico escenario que se visibilizó a partir del 7 de Octubre, aunque tiene varias décadas en haberse conformado, me interesa conozcan algunas reflexiones que auguran un futuro altamente riesgoso y pesimista. ¿Será suficiente Estados Unidos como único país de la civilización occidental frente a una Europa islámica? Barrios completos de las principales ciudades europeas tienen sus comercios con cartelería redactada en el idioma del islam. Estas ciudades no preocuparían a la seguridad de occidente si no fuesen controladas por fanáticos religiosos. En las escuelas de la increíble ciudad luz los docentes evitan autores como Voltare y Diderot. Se ha dejado de lado la historia de la Shoá debido a que mal predisponen a la población musulmana. Similares acontecimientos ocurren en Londres y en Ámsterdam.
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Ahora vayamos al capítulo argentino, donde nada sucedió en occidente que luego no se replique en nuestro país.
Por mi parte y en coincidencia con el espacio del cual formo parte, vemos imperativo valorar y comprometerse con las instituciones de la comunidad. Debemos darle continuidad a la lucha contra el antisemitismo, que es el motivo de fondo que hoy nos convoca.
Sabemos que no siempre coincidimos en las formas, pero somos categóricos en nuestro deber en sumar proyectos y propuestas concretas, valiosas las experiencias y trayectorias comunitarias que podemos mostrar con orgullo, nos permiten seguir avanzando.
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El sonido de las campanas nos indican que hoy es el momento en que el reloj ha marcado el tiempo de alejarnos de la retórica y volcarnos a operativizar proyectos.
Con el deseo que nuestro saber intelectual, las fuerzas que nos caracterizan y la ayuda de D’s, concretaremos el objetivo sin el sonido de las campanas que nos indicarían que nuestro tiempo lamentablemente ha concluido.
Adrián Moscovich
Miembro del espacio “Pero Juntos”
Alguna propuesta concreta? Porque, si no la hay, el muy intelectualmente elaborado artículo no pasa de ser uno más.