Los residentes del barrio de Neve Yaakov, en el norte de Jerusalén, se quedaron conmocionados cuando una joven pareja, padres de cuatro hijos, fueron encontrados muertos a tiros en su casa.
El incidente ocurrió por la tarde, cuando se oyeron disparos desde el interior del apartamento de la pareja haredí. Su hijo de 13 años fue al dormitorio y presenció la horrible escena. Cerca del cuerpo del padre se encontró un arma con licencia que había obtenido un año antes.
La policía está investigando la posibilidad de que se trate de un asesinato-suicidio, pero la investigación está en curso y las circunstancias aún no han sido completamente aclaradas.
Los residentes del barrio describen a una pareja muy unida a su familia, sin signos aparentes de angustia. «Era una familia cálida y amorosa; no vimos nada inusual; todo se derrumbó en un instante», dijeron.
La mujer, según sus vecinos, era conocida por su generosidad y su disposición a ayudar a los demás. «Siempre era la primera en ayudar y asistir a las madres y a los enfermos», comentó una vecina. Unos veinte minutos antes del incidente, envió un mensaje de felicitación a su amiga que había dado a luz.
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Ni los servicios sociales ni la policía conocían a ninguno de los dos, y no hubo avisos previos. Los servicios de emergencia que acudieron se vieron obligados a declararlos muertos en el lugar.
El paramédico de la MDA, Eden Marzeev, y el técnico de emergencias médicas, Omri David, declararon: «Nos llevaron al apartamento y vieron a un hombre y una mujer de unos 30 años, inconscientes, sin pulso ni respiración. Les realizamos exámenes médicos y nos vimos obligados a declararlos muertos en el lugar».