El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está haciendo avanzar en el Congreso un presupuesto que prevé un gasto militar multimillonario que incluye una versión local de la Cúpula de Hierro israelí que será, además, un negocio para Elon Musk.
A fines de abril último, los líderes republicanos de los comités de Servicios Armados de las dos cámaras publicaron un proyecto de ley que prevé la inversión de casi 25.000 millones de dólares para comenzar a trabajar en la iniciativa del presidente Trump.
Está inspirada en la exitosa Kipat Barzel (o Iron Dome, en inglés) y el resto del sistema de capas de defensa antiaérea desarrollado en Israel, y fue bautizada Cúpula Dorada para Estados Unidos.
A nivel general, el proyecto de ley daría un impulso de 150.000 millones de dólares al gasto en defensa. La legislación, dijo el congresista Mike Rogers, representa «una actualización generacional para las capacidades de defensa» e incluye «inversiones históricas en nueva tecnología».
«Se trata de construir el futuro de la defensa estadounidense, lograr la paz a través de la fuerza y, en última instancia, disuadir la guerra», afirmó Rogers, republicano por Alabama y presidente del comité en la cámara baja.
Si la legislación es aprobada, adelantó el portal especializado Defense Scoop, el escudo de defensa antimisiles Golden Dome recibiría una inversión de 24.700 millones de dólares «para ayudar a poner en marcha el masivo proyecto».
Con la ayuda de sensores y satélites
La iniciativa se hizo pública en enero de este año, poco después de que Trump volviera a la Casa Blanca, a través de una orden ejecutiva firmada por el presidente.
Busca, apuntó Defense Scoop, «implementar una arquitectura de defensa nacional multicapa capaz de derrotar diversas amenazas de misiles», de manera similar a lo que ocurre en Israel con la Cúpula de Hierro, la Honda de David y los cohetes interceptores Arrow.
El Golden Dome o Cúpula Dorada, añadió el informe, «abarcaría tanto los programas existentes del Departamento de Defensa como tecnologías emergentes, como sensores y armas espaciales».
Precisamente, ese costado «espacial» del programa es el que abre las puertas a Musk, el empresario de origen sudafricano que, entre otras compañías, es dueño de SpaceX, con la que espera, en un futuro no tan lejano, iniciar la colonización de Marte.
Un reporte de la agencia Reuters, publicado a mediados de abril de este año, aseguró que SpaceX, junto a dos socios, se posicionó como favorito para hacerse cargo de un segmento «crucial» del Golden Dome.
La compañía de cohetes y satélites de Musk se habría asociado a la empresa de software Palantir y al constructor de drones Anduril «en una licitación para construir partes clave» de la versión estadounidense de la Cúpula de Hierro, coincidieron varias fuentes consultadas por la agencia británica.
Es que, el proyecto, añadió el informe, «despertó un gran interés entre la creciente base de startups de tecnología para la defensa«.
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Misiles y láser
Siempre según Reuters, las tres compañías propusieron lanzar entre 400 y más de mil satélites para detectar y rastrear misiles enemigos. También contarían con una flota independiente de 200 satélites de ataque equipados con misiles o láseres para derribar proyectiles.
La Cúpula Dorada, señaló por su parte la agencia judía estadounidense JTA, se basa en «los elogios que Trump hizo durante mucho tiempo al sistema israelí, que detecta e intercepta misiles entrantes mientras están en el aire».
El Iron Dome, recordó, está financiado con ayuda estadounidense y «es un elemento clave de la defensa de Israel contra el lanzamiento de misiles de adversarios como Hamas y Hezbollah».
«No está claro cómo la administración Trump replicaría el sistema» israelí, ya que «Estados Unidos es mucho más grande y no enfrenta una amenaza de misiles comparable» de sus vecinos, estimó la JTA.
«Pero Trump no es el único líder nacional que habla de tomar prestado el concepto -completó el informe-. Corea del Sur, que se enfrenta a una amenaza nuclear de la vecina Corea del Norte, está construyendo su propia versión» del Kipat Barzel.
Fuente: Israel Económico.
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