Gaby Glazman, directora mundial de Hejalutz Lamerjav: «Una de las grandes responsabilidades que tenemos hoy es formar nuevos líderes que estén a la altura de la complejidad de estos tiempos»

A comienzos de este año, Gabriela (Gaby) Glazman, ex Representante de la Agencia Judía y de la Organización Sionista Mundial en Sudamérica, asumió como directora mundial de la Tnuá Hejalutz Lamerjav. Vis á Vis dialogó con ella sobre este nuevo desafío y sus proyectos, «Las bases de la Tnuá como movimiento juvenil implican que los jóvenes son quienes impulsan las acciones y las decisiones»

¿Podés contarnos brevemente quién sos y cómo llegaste a asumir la dirección mundial de Hejalutz Lamerjav?

Nací en Bahía Blanca, en una familia que siempre fue parte de la Tnuá, por lo que mis primeros recuerdos de infancia están profundamente ligados a Hejalutz. Desde muy chica fui parte activa del movimiento, y eso marcó mi identidad y mi forma de ver el mundo.

En mi adolescencia hice Aliá junto a mi familia, y aunque en Israel el movimiento no existía formalmente, siempre seguí sintiéndome parte. Hejalutz Lamerjav siguió siendo mi casa.

En los últimos 15 años, mi recorrido profesional estuvo siempre ligado a las comunidades judías de América Latina. Fui representante de La Agencia Judía en Brasil durante cinco años; luego, de regreso en Israel, trabajé con movimientos juveniles y lideré un proyecto del Ministerio de Asuntos Estratégicos enfocado en América Latina. Más recientemente, viví cuatro años en Argentina, donde estuve en shlijut como representante de la Organización Sionista Mundial y La Agencia Judía para el Cono Sur.

Este camino, tanto personal como comunitario, me llevó de forma natural a asumir este nuevo rol, que encaro con mucha alegría, compromiso y profundo respeto. Para mí, la Tnuá fue y será siempre mi hogar, y poder acompañar hoy su desarrollo mundial es un enorme privilegio.

¿Qué significa para vos liderar un movimiento juvenil judío y sionista?

Es una pregunta que me hago casi todos los días desde que asumí este rol. Aún estoy en proceso de entender en profundidad el significado y la misión que implica liderar una Tnuá más allá de las tareas cotidianas. Para mí, liderar un movimiento es mucho más que gestionar: es inspirar, acompañar procesos, abrir espacio a nuevas ideas, visiones y generaciones.

Significa también estar atenta a las realidades diversas de nuestras comunidades, comprender sus necesidades y desafíos, y trabajar para que el movimiento siga siendo relevante en cada contexto. En un mundo tan complejo como el que vivimos, es fundamental que la voz de Hejalutz Lamerjav se escuche —no solo en el plano local, sino también a nivel mundial— como una voz activa, comprometida y sionista que educa desde valores y construye comunidad.

Además, creo que una de las grandes responsabilidades que tenemos hoy es formar nuevos líderes que estén a la altura de la complejidad de estos tiempos. Líderes capaces de abordar los desafíos de la vida comunitaria, de fortalecer las relaciones entre las instituciones judías y de profundizar el vínculo con Israel, desde un lugar de identidad, responsabilidad y pertenencia.

¿Cómo ves el trabajo que se está haciendo desde la Tnuá en Argentina?

El trabajo de la Tnuá en Argentina lo vengo siguiendo de cerca desde hace casi cinco años. Durante mi período como Netzigá en el país, y hoy, desde mi nuevo rol, lo veo con aún más cercanía y claridad. Acompañé majanot, encuentros y proyectos que siempre tuvieron en común un fuerte compromiso con los valores con los que se educa, y una profunda conexión tanto con la comunidad local como con Israel. En tiempos complejos, la Tnuá ha sabido estar a la altura, sosteniendo con fuerza la continuidad, el liderazgo y el espíritu del movimiento.

Quiero compartir solo algunos ejemplos entre muchos. La Tnuá, en conjunto con la tan valorada Fundación BAMA, desarrolló el proyecto Merkaz Kesher: un centro virtual que permite que chicos y adolescentes que viven en ciudades sin comunidad judía organizada puedan participar de peulot virtuales, integrarse a majanot y encuentros presenciales, y ser parte activa e integral de la Tnuá. Hoy ya contamos con participantes de más de 35 ciudades del país, lo cual es un logro único y profundamente significativo. A través de sus hijos, muchas familias se reconectan con su judaísmo y su vínculo con el sionismo, por lo que no solo llegamos a los jóvenes, sino también a sus hogares. Incluso hay participantes que llegan desde las ciudades más alejadas del país.

La Tnuá sigue creciendo con creatividad, compromiso y visión. Este año abrimos peulot presenciales en Neuquén, y en Buenos Aires se inauguró el Merkaz Metzada, que funciona dentro del club Bar Kojva, como un nuevo modelo de activación comunitaria en espacios institucionales.

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También quiero destacar el enorme compromiso de la Kvutzá de Shnat que se encontraba en Israel el 7 de octubre. En un momento de crisis profunda, decidieron quedarse en el país, ofrecerse como voluntarios y apoyar activamente a Israel. Esta decisión fue reconocida incluso dentro del propio Israel como una de las respuestas más significativas a nivel mundial. Sin duda, es fruto del trabajo profundo y sostenido de madrijim y shlijim durante años, construyendo una conexión sólida de la Tnuá con Israel y con el valor de la acción realizadora.

¿Existe hoy un equipo profesional que acompaña el desarrollo de la Tnuá?

Las bases de la Tnuá como movimiento juvenil implican que los jóvenes son quienes impulsan las acciones y las decisiones, y desde mi punto de vista, es bienvenido todo el apoyo profesional que podamos brindar, siempre y cuando esta premisa no sea olvidada. En Israel me acompaña un equipo de profesionales, todos ellos olim de la Tnuá, que se ocupan de trabajar el día a día de los participantes de Shnat, de hacer acciones conjuntas y encuentros con Olim, y de llevar adelante algo del trabajo administrativo y la representación política en Israel.

En Argentina tenemos siempre el trabajo fundamental de nuestros Shlijim, acompañando a los jóvenes y a sus comunidades, llevando su experiencia y sus contenidos a cada proyecto y actividad en la que se involucran. Además, quiero contar de la incorporación de un nuevo rol a partir de ahora, que es el de Representante regional de Hejalutz Lamerjav, un apoyo local importante para ayudar a consolidar la presencia de la Tnuá en las diferentes Kehilot en las que actúa y que servirá de enlace entre lo que sucede en Argentina y lo que sucede en Israel. Este rol fue recientemente asumido por Pablo Haber, boguer de la Tnuá con experiencia en el ámbito comunitario.