Conocé el nuevo éxito israelí en Netflix que tiene como productor a un argentino

Conocé el nuevo éxito israelí en Netflix que tiene como productor a un argentino
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Detrás de Bad Boy, el más reciente éxito israelí en Netflix, hay un rompecabezas de artistas talentosos y eventos «milagrosos» que la hicieron favorita del público, y un productor nacido en Venezuela que se siente argentino y se anima a hablar de una posible segunda temporada.

De hecho, la historia de Ieled rá, conocida en América Latina y España como Chico malo, el drama adolescente que se mantuvo durante cuatro semanas en el top ten global de Netflix, arrancó originalmente en Argentina, entre Buenos Aires y las playas de Mar del Plata.

¿Habrá una segunda temporada de Bad Boy? De eso también habló Emilio Schenker, el co-fundador y CEO de Sipur, la productora que desarrolló la serie dirigida por Hagar Ben-Asher y escrita por Ron Leshem, y también la tira juvenil que Noa Kirel graba en Argentina.

Schenker, de 44 años, nació en Caracas, adonde su familia había llegado desde Israel en los años ’70 por razones de trabajo. Su padre y su madre son originarios de la ciudad de La Plata, unos 50 kilómetros al sur de la capital argentina.

Después de pasar sus primeros nueve años en la capital venezolana, Emilio regresó junto con sus padres a Israel. Al poco tiempo celebró su bar-mitzvá y, apenas se le permitió viajar solo en autobús, salió hacia Herzlia, en la periferia de Tel Aviv, y empezó a trabajar en un estudio de televisión.

Su primera ocupación fue alcanzarle agua a actores, actrices y técnicos en los sets de grabación. Es que «en Israel hace mucho calor», explica con un  español que mezcla acento argentino y venezolano y un inglés con tonada hebrea.

La pasión por la producción audiovisual era ya tan grande que, desde entonces, nunca dejó de trabajar en estudios de cine y televisión, salvo por el paréntesis obligatorio del servicio militar en el ejército.

«Nací en Caracas, soy venezolano pero la cultura de mi familia es muy argentina y también tengo miles de parientes -primos, tíos y tías, en Buenos Aires y en La Plata», repasa durante la entrevista con IsraelEconomico.

Esa familia fue el imán que lo atrajo hasta el país sudamericano cuando terminó el servicio militar y salió para el viaje de mochilero que casi todos los jóvenes israelíes cumplen cuando salen de las filas del ejército, algunos rumbo a Asia, muchos otros camino a América Latina.

«Buenos Aires es uno de los lugares más importantes de mi vida», señala el productor venezolano-argentino-israelí, quien en aquel viaje a la capital argentina llevó en su bolso un ejemplar de Im iesh gan eden (Si hay un cielo), la primera novela de Leshem.

Publicado en inglés como Beaufort, el libro fue adaptado al cine con el mismo nombre en el 2007. Dirigido por Joseph Cedar, el filme cuenta una intensa historia ambientada en el marco de la retirada israelí del Líbano en el 2000 y fue nominado al Oscar.

Emilio recuerda que llevó el libro a una playa en Mar del Plata, la popular ciudad balnearia a 400 kilómetros al sur de Buenos Aires. «Allí estaba, en una de las playas más lindas del mundo, leyendo un libro y llorando«, rememora divertido.

La cuestión es que se «enamoró» tanto del escritor y periodista que, al regresar a Israel lo contactó y se hicieron grandes amigos. «Pero tardamos veinte años en concretar nuestro primer proyectos juntos», dice el productor.

Una serie, dos décadas después

El proyecto es, por supuesto, Bad Boy. Mientras trabajaba para un importante diario israelí, Leshem se hizo encerrar en una conocida cárcel juvenil del país, pasó allí dos semanas y luego publicó un impactante artículo sobre la vida de los prisioneros adolescentes.

Veinte años después, cuando Schenker ya estaba al frente de Sipur, llegó la oportunidad convertir juntos aquella investigación periodística en la serie protagonizada por Guy Manster y basada en la vida de Daniel Chen, un comediante israelí que pasó varios años por esa prisión juvenil.

«Nunca pensamos que iba a tener tanto éxito, porque es una historia muy oscura«, confiesa Emilio. En realidad, matiza, «sabía que iba a tener éxito, pero no tanto».

Según el productor, Chico malo es «una leyenda que se convirtió en realidad», un producto televisivo que debe su éxito a «muchos milagros» que atravesaron el proyecto desde el principio y que describen el actual estado de la industria audiovisual israelí.

En medio de la crisis global de contenidos y audiencia que están sufriendo los canales tradicionales a causa del auge del streaming, Bad Boy (Netflix) y su productora, Sipur, consolidaron un nuevo sistema de desarrollo de series: financiación compartida.

Hasta hace algunos años, cuando un equipo creativo tenía una buena idea, se acercaba a un canal tradicional y, si tenían suerte, conseguían el dinero para desarrollarla. Eso pasó, por ejemplo, con Fauda y el canal de televisión satelital y productora Yes.

Fauda arrasó el mundo de la mano de Netflix casi de casualidad. Sus creadores, el actor Lior Raz y el periodista Avi Issacharoff, admitieron que el éxito global los tomó por sorpresa.

Un nuevo modelo de negocios

El viejo sistema, de todas maneras, ya se estaba acabando. Emilio afirma que Sipur es la primera productora con el nuevo modelo de negocios: «ir a los canales no solo con una idea sino también con la mitad del dinero» necesario para desarrollar el programa.

Para eso sumó el apoyo de Gideon Tadmor, un multimillonario israelí del sector de la energía que también apuesta a los negocios audiovisuales, y diseñó una alianza con nada menos que los estudios estadounidenses MGM y otros productores globales.

Con ese equipo detrás y con el modelo ya probado, Sipur se pone solamente detrás de proyectos que se puedan distribuir en el exterior y recuperar en esos mercados el dinero invertido.

¿Será una segunda temporada de Bad Boy en Netflix uno de esos nuevos proyectos? «Lo estamos pensando, todos (sus creadores) quieren hacerlo», reconoció. «Si vamos a hacer una segunda temporada, queremos que sea por lo menos fuerte como la primera», añadió.

Hay una sola condición y necesidad: una buena historia. «Ron (Leshem) es una persona muy especial y tiene que saber lo que quiere contar» para una eventual segunda temporada de Chico Malo.

Noa Kirel y Al Pacino

Entretanto, Sipur es una de las productoras detrás de Noa, la serie protagonizada por la representante israelí en el Eurovision 2023 (de Liverpool, donde cantó Unicorn) y ambientada en Buenos Aires.

Usando casi las mismas palabras que Noa Kirel en una reciente entrevista, Emilio aseguró que rodar en la capital argentina es «un sueño». Hasta allí viajó para las primeras semanas de rodaje y hasta se dio el gusto de llevar al set de grabación a su tía favorita, Irma.

Por si fuera poco, la productora del venezolano-argentino-israelí también participa del desarrollo de Dead Man’s Wire, un filme independiente que ya está dando que hablar, dirigido por el gran Gus Van Sant y con el enorme Al Pacino en su elenco.

Bad Boy (Netflix)Noa, la película de Van Sant, son todos frutos de una carrera y una pasión. «Yo crecí en el mundo de la comunidad creativa» de Israel, dice Emilio durante la entrevista.

En el país, asegura, los artistas aprendieron a «hacer cosas increíbles con muy poca plata, a ganar en contra de las posibilidades». Si «las chances son cero -describe-, nosotros tenemos que ganar con lo que tenemos».

Los israelíes, completa, «simplemente necesitamos ganar, para sobrevivir, no por nuestro ego».

Fuente: Israel Económico

1 COMENTARIO

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