En el Kibutz Nir Oz, Yair (Yaya) Yaakov fue enterrado después de que su cuerpo fue recuperado del cautiverio de Hamás en Gaza hace aproximadamente dos semanas.
Su hija mayor, Shir Yaakov, sobreviviente de la masacre del 7 de octubre en Nir Oz, elogió:
«Cuánto tiempo esperé este momento, que estuvieras aquí. Cuántas veces grité que quería que mi padre regresara, sin poder prepararme para este momento, esta última vez, mientras descansas en paz eterna. Incluso en vida, creíste profundamente en esa paz».
Papi, ¡lo logré! Lo logramos. ¡Or, Yagil y Meirav están aquí con nosotros! Prometo hacer todo lo posible para que sean felices y para mantenernos unidos. Preservaremos esta unidad familiar que construimos. Amabas tanto tu hogar, ese rincón tranquilo que creaste para ti, para desplomarte en el sofá o sentarte en el balcón, con el fútbol de fondo, música a todo volumen, un amigo y una cerveza, o unas cervezas, o un amigo y unas cuantas cervezas.
Meirav Tal, sobreviviente de cautiverio y pareja de Yair: «Desde aquel horrible día, el 7 de octubre, cuando te asesinaron y te llevaron a Gaza, nuestro mundo se paralizó. Tu hermosa alma merece esta paz. Siento que una parte de mí ha regresado con cicatrices y un vacío que jamás sanará».
Nuestro tiempo juntos jamás será olvidado. Cada momento contigo fue un regalo precioso. Hoy, aunque ya no estés físicamente aquí, permaneces conmigo constantemente: en cada respiración, en cada pensamiento. Shir, Or y Yagil siempre están a mi lado. Nunca me abandonan, y cuando los miro, te veo a ti: tu sonrisa, tu bondad, tu enorme corazón.
«Agradezco cada momento que tuve la suerte de pasar contigo, y estoy profundamente agradecido con todos los que te trajeron a casa. Te prometo esto: siempre vivirás en mi corazón. Para siempre»
Or Yaakov, hijo de Yair y sobreviviente del cautiverio, también lo elogió: «Mi querido padre, me cuesta hablar de ti en pasado, porque mi corazón se niega a creer que ya no estás con nosotros. Fuiste un padre increíble para mí, el pilar de nuestro hogar, y no hay día en que no te extrañe y te necesite a mi lado. Este anhelo me desgarra por dentro».
Continuó: «Papá, fuiste una persona tan especial. Un padre ejemplar, un verdadero amigo. Dejaste un vacío inmenso que nada puede llenar. Pero te prometo que mantendré tu recuerdo vivo y vivo en mí. Contaré tus historias, me reiré de tus chistes y, sobre todo, viviré como tú hubieras querido: tranquilo, sencillo y feliz. Descansa en paz, mi querido padre. Siempre estarás en mi corazón, con cada respiro que tome. Te amo por siempre».
Yagil Yaakov, otro hijo y sobreviviente del cautiverio, dijo: «Te extraño muchísimo y te quiero profundamente. Nunca pensé que tendría que hacerte un panegírico a tan temprana edad. Solo tengo 14 años, y mira cuánto he crecido desde que te fuiste. Papá, no puedo creer que esté diciendo esto, pero me alegra mucho que haya llegado este momento, donde todos están de pie escuchando mi despedida».
«Todo este tiempo te esperé. Escuché historias sobre ti que desconocía por completo: qué clase de persona eras. Cada vez que veía tu foto, no podía creerlo y siempre imaginaba que me mirabas. Probablemente estés mirando y no puedas creer que esto me haya pasado a mí, a nosotros, a Nir Oz»
Añadió: «Fuiste el mejor padre posible. Un padre que reía conmigo, que me comprendía, que disfrutaba de las cosas sencillas de la vida. Te extraño mucho y estoy seguro de que estás en el mejor lugar posible. Espero que seas feliz allí, junto con todos».