El dirigente islámico y presunto agente iraní que aparece en las grabaciones de la investigación de Nisman, rompió el silencio a casi dos meses de la muerte del fiscal. «Me siguieron ocho años y de golpe y porrazo, tiran estas escuchas mías de cualquier cosa», dijo.
En su denuncia contra Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman y otros dirigentes oficialistas, el fiscal especial de la causa AMIA, Alberto Nisman, apuntó también contra Jorge Alejandro «Yusseff» Khalil como una de las piezas clave de la trama del Memorándum con Irán. De acuerdo con el letrado, este hombre habría sido el negociador secreto entre los gobiernos de Argentina e Irán y el encargado de garantizar un «plan de impunidad» y la desvinculación de los acusados del atentado a la AMIA. Además, aparece en varias de las escuchas grabadas por Nisman en su investigación.
A casi dos meses de la muerte del fiscal, el dirigente islámico y presunto «agente irání» rompió el silencio y se defendió de las acusaciones. «Es que estuvimos más de 20 años estigmatizados. Después de la maldición esa de la explosión de la Embajada de Israel y después con la AMIA se profundizó el ataque y el acoso hacia la comunidad islámica local. Hace años que nos persiguen el Gobierno y los servicios de inteligencia», denunció Khalil en diálogo con el diario MUY.
Dijo que como parte de la persecución a la comunidad islámica, «le echaban la culpa al sheik Mohsen Rabbani (prófugo en el caso de la voladura de la mutual judía), que es un líder espiritual para ellos». «Todas las sospechas caían sobre la comunidad. Nuestros autos vigilados, hasta nuestras bolsas de basura eran revisadas. Sacábamos la basura a cualquier hora porque a los cinco minutos desaparecía», agregó el dirigente: Al respecto, señaló: «Ponían una traffic blanca en la puerta de la mezquita y nos decían: ‘Son de inteligencia, se la tienen que bancar’.
La investigación reveló que en mayo de 2013, el dirigente territorial y ex piquetero Luis D’Elía, otro de los imputados en la denuncia, se comunicó con Khalil para informarle que «la jefa» (por Cristina Kirchner) estaba «muy interesada» en cambiar petróleo por granos y carne. En las escuchas telefónicas, queda expuesto que el acuerdo comercial se trabó por la demora en la firma del acuerdo de cooperación judicial con Irán. También se advierten conversaciones entre Khalil y un agente de inteligencia local, quien le informa que Interpol levantaría los pedidos de captura a los imputados en el atentado terrorista a la mutual judía, hecho que finalmente no ocurrió.
Sobre las escuchas que lo comprometen en la causa, Khalil dijo: «Según (el juez, Rodolfo) Canicoba Corral fueron autorizadas por él, para saber dónde estaba Rabbani. Para agarrarlo fuera de Irán. Me siguieron ochos años. Evidentemente me controlaron y, de golpe y porrazo, tiran estas escuchas mías de cualquier cosa. Hay conversaciones de mi hija de 12 años con mi sobrina de 8. Hicimos una charla en la comunidad islámica para que estén preparados y mi abogado, Fernando Burlando, les explicó dónde nos metieron. Lo que pasó en estos dos meses viene pasando hace 20 años. Hay familiares míos, tíos, primas, que se tuvieron que exiliar por la persecución que se viene haciendo. Se tuvieron que ir mis primas porque trabajaban como secretarias de la mezquita y eran perseguidas».
Sobre los fusiles FAL:
En una escucha de las 40 mil aportadas por Alberto Nisman junto a su denuncia por encubrimiento a Irán en el atentado a la AMIA, Jorge Khalil, uno de los protagonistas de la trama descripta por el fiscal, reconoce que tiene rifles .300 y FAL «que no están limpios». Se trata de una conversación con el supuesto agente de inteligencia Ramón «Allan» Bogado.
«No, no hablaba de FAL. Dije «fared», que quiere decir revólver en nuestro idioma. Un chumbo, un arma de fuego. Y el 300 es un rifle Magnum y los dos revólveres , que se hizo denuncia en la Comisaría 5 de Toay en marzo de 2012. El responsable del campo presentó la denuncia en el Concejo Deliberante. Estos es transparente y claro. Se robaros los «fared» significa que se robaron las armas», aclaró.
Al remarcarle que en el audio parecía que dijera FAL, el dirigente islámico se defendió: «No…¿Qué FAL? Lo que pasa es que hablaba con una persona que me entiende».
Sobre el campo de 650 hectáreas en La Pampa que -según escuchas en las que habla con el líder de Quebracho, Fernando Esteche-, era utilizado para entrenamiento militar, sostuvo que no es de su propiedad y que lo alquila. «Lo presto. Iban a cazar. La semana que viene iré con invitados a cazar. Parientes, gente de la comunidad islámica. Hace más de ocho meses que no voy», finalizó.
Fuente: Infobae
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