El Rabino Alejandro Avruj, de la Comunidad Amijai, dialogó en exclusiva con la CADENA JUDÍA DE INFORMACIÓN VIS A VIS sobre lo que dejaron los festejos por Rosh Hashaná en los ciudadanos, y además mencionó que en la actualidad las personas buscan espiritualidad para romper el esquema de lo cotidiano.
– ¿Qué balance hace de lo que fue el festejo por Rosh Hashaná?
– Fueron unas fiestas que emocionaron, y lo que más me impacto fue la cantidad de enormes familias que decidieron participar junto a nosotros. Este año instalamos una carpa para poder techar todo el jardín que tiene Amijai para sumar 500 lugares a los 1000 que ya tenemos en el Bet Knesset, y así todo, no alcanzó el lugar por la cantidad de familias que quisieron ser parte. Por eso estamos muy agradecidos, pero nos lamentamos no poder albergar a más gente que se quedó afuera.
– ¿Qué sensaciones pudo notar en las personas que asistieron a las dos noches al Templo de Amijai?
– Se vivieron unas fiestas muy tranquilas. Nuestra propuesta es de mucha espiritualidad y contenido. La primera noche hacemos la ceremonia tradicional, como siempre, pero la segunda noche proponemos una meditación con mucha música y con momentos de mucha introspección con la presencia de 1000 personas, que no es algo habitual. La gente está en búsqueda de que los espacios sagrados se transformen en espiritualidad y contenido, y vienen a buscar una palabra de aliento en el desconcierto de lo cotidiano.
– ¿El Papa ayuda a impulsar está búsqueda de espiritualidad que menciona?
– El Papa Francisco es un emergente de la cantidad de cosas que suceden en el mundo religioso. Hay un retorno a las fuentes más tradicionales en distintas culturas religiosas. Pero en el judaísmo impacta también en este tiempo; hay una cantidad de familias y jóvenes que se acercan a la espiritualidad. Me parece que un dato para destacar es que en Amijai hemos tenido este año cerca de 20 grupos de estudio tratando de buscar contenido. La propuesta que abrís a la gente se vuelca. También hay una búsqueda de salirse del formato que propone lo cotidiano en la rutina de lo mercantilista y lo racional, en cambio la gente busca lo que va en la búsqueda del sentir.