El homenaje, que fue organizado por la Embajada de Israel en Argentina y la Nunciatura Apostólica en el Templo de Libertad, contó con la presencia de diplomáticos de las embajadas de Checoslavaquia, Francia, Italia e Israel, entre otros. Como así también, representantes del catolicismo.
Además de rabinos como Abraham Skorka, Simón Moguilevsky, Sergio Bergman, y el representante de América Latina del Centro Simón Wiesenthal, Ariel Gelblung,
Cuando uno ingresaba al templo se podía visualizar láminas que se encontraban en diferentes paneles mostrando parte de lo que fue el viaje del Papa Francisco a Tierra Santa el año pasado. Como así también diferentes encuentros que mantuvo con altos funcionarios y líderes religiosos en la búsqueda de paz y diálogo entre las religiones.
El acto que tuvo una cuota de espiritualidad comenzó con las palabras del Rabino Moguilevsky, quien señaló que el hecho de que este encuentro interreligioso se realice en el Templo de Libertad «es un acto de justicia», ya que hace 50 años atrás rabinos y padres hicieron lo imposible para lograr una unión entre las dos religiones luego de que se haya derramado mucha sangre. A continuación, el Nuncio Apostólico, Emir Paul Tscherring, compartió con el público presente parte del documento votado en el Vaticano por el Concilio Vaticano II para que las religiones cristianas y judías comiencen un proceso de paz y encuentro, que hoy en Argentina, se vive plenamente a diferencia de otros países en dónde el odio religioso continua.
Otro de los oradores de este encuentro fue el rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, Abraham Skorka enfatizó que este documento «no surgió fácilmente» más allá de que la votación fue unánime, y aseguró que en esos tiempos en la Argentina: «Hubo grandes rabinos de la comunidad que no estaban muy convencidos». Por último se refirió a la terrible tragedia que sufrió el pueblo francés con los atentados en París, y aseguró: «En momentos de tanta oscuridad, este aniversario por el Concilio Vaticano sirve de memoria para alumbrar en estos tiempos».
La penúltima oradora del acto fue la embajadora israelí, Dorit Shavit, quien señaló: «Está ceremonia es para celebrar la conciliación entre cristianos y judíos», y agregó: «Este documento tiene una conclusión clara de que se cree una agenda común universal entre cristianos y judíos». El acto oficial fue cerrado por el Rabino Sergio Bergman que remarcó que la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II es un gesto claro del Papa Francisco hacía los cristianos y judíos; a los primeros es que deben aceptar que tienen una raíz judía en su cristianismo. Mientras que los judíos deben reconciliarse con Jesús. También remarcó que es relevante que las dos religiones se pongan a trabajar fuertemente en la búsqueda de un documento que integre a los musulmanes para intentar frenar está ola de violencia de islamistas radicales, que en nombre de la religión asesinan y descuartizan a cualquiera que piense diferente a ellos.
Por último, se brindó un momento de música clásica en el que jóvenes alumnos de la Universidad Nacional de Artes y el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón participaron activamente; en primer lugar un coro vocal a cargo de seis coristas bajo la temática del renacimiento cantaron canciones referidas al Estado de Israel. A continuación un pianista y una chelista brindaron un concierto muy emocionante.