Este 9 de octubre se conmemoró el 44 aniversario de la muerte de Oskar Schindler, un salvador singular y poco ortodoxo, que fue inmortalizado por la legendaria película de Steven Spielberg: “La Lista de Schindler”.
Industrial alemán y miembro del partido Nazi, Schindler fue el responsable de salvar a 1,200 judíos durante la Shoá, empleándolos en sus fábricas de esmalte y de armamentos en la Polonia ocupada por los nazis y en el Protectorado de Bohemia y Moravia.
En 1936, con 28 años de edad, Schindler se enlistó en el Servicio de Inteligencia alemán Abwehr. Su misión era la de recolectar información sobre movimientos de tropa enemiga en Checoeslovaquia y Polonia. En 1938, se enroló en el partido nazi y un año después, adquirió una fábrica de esmalte en Polonia, contando con una mayoría de obreros judíos.
Con el correr del tiempo, Schindler se valió de sus conexiones en la Abwehr para proteger a sus trabajadores judíos de la deportación y muerte segura. Atrapo en sus redes a sus contactos nazis, a través de fiestas, sobornos y regalos.
En el verano de 1944, ya era claro que Alemania estaba perdiendo la guerra y la SS dio la orden de clausurar los campos de concentración de Europa oriental, deportando a sus prisioneros hacia los campos de muerte ubicados en puntos más occidentales de Europa.
Schindler convenció a Amon Goth, el siniestro comandante del campo de concentración de Cracovia a que le permita trasladar su fábrica a los Sudetenland y de esa manera logro salvar a sus trabajadores de una muerte certera. Usando nombres que le fueron trasmitidos por la Policía Judía del Gueto, Schindler confecciono una lista de 1,200 judíos que fueron trasladados al Sudetenland hacia fines de 1944.
Al final de la guerra, Schindler logro salvar a sus empleados pero quedó arruinado, después de haber gastado su fortuna en sobornos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Schindler se radicó en la Argentina, junto con su esposa, Emilie, y eventualmente, después de abandonarla allí, se mudó a Alemania Occidental en 1958 donde murió en 1974, a los 66 años de edad, siendo enterrado en el Monte Sion en Jerusalén.
Oskar y Emilie Schindler fueron reconocidos como Justos entre las Naciones en 1993.
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg ayudó a Emilie en sus últimos años e incluso organizo una serie de eventos que le otorgaron reconocimiento mundial, incluyendo una audiencia con el Papa Juan Pablo II en 1995.
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