Escribiendo la historia: «Mi viaje con una comitiva del Congreso Judío a Los Emiratos Árabes Unidos». Por Ezequiel Sporn

Mientras espero mi vuelo de Frankfurt a Buenos Aires, trato de procesar las sensaciones y emociones vividas durante la semana en la que fui parte de la delegación del Cuerpo Diplomático de Jóvenes Judíos del Congreso Judío Mundial que visitó los Emiratos Árabes Unidos, gracias a la enorme colaboración y apoyo de la Embajada de dicho país en Washington.

Más de 40 de nosotros, un total de 20 nacionalidades. Representantes de buena parte del mundo judío. Llegamos a Abu Dhabi con una agenda cargada de encuentros y reuniones, paseos y algunas atracciones.

Pasaron apenas 14 meses de la firma de los Acuerdos Abrahámicos entre Israel, EAU y el Reino de Bahréin y acá estábamos. Para escudriñar el terreno y confirmar que hoy, después de casi 100 años de migraciones, persecuciones y expulsiones en la región, la comunidad judía de los Emiratos es de las pocas que muestra un saldo positivo en términos de su cantidad de miembros y pujanza. Muy a contramano de lo que ocurre en otros países de medio oriente y el golfo. A la fecha, son más de 700 con la sólida esperanza de seguir creciendo en número y en estructura.

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Su historia es alucinante y merecería un libro completo. Es la historia de una comunidad que pasó de vivir en una silenciosa “clandestinidad” a estar en el candelero de Israel y la diáspora. Si bien hubo presencia de judíos durante los últimos años, ésta estuvo caracterizada por el establecimiento de profesionales expatriados. También de otras personas cuya intención primaria era la búsqueda de negocios y oportunidades comerciales. De a poco comenzaron a organizarse, manteniendo un bajo perfil.

De encontrarse a rezar y estudiar en pequeños grupos en un lugar que solo ellos conocían pasaron a hacer sus servicios de Shabat en el salón de un hotel. Al mismo se puede llegar siguiendo un cartel que reza “Jewish Shabat Services”. De evitar el uso de cualquier símbolo religioso, a caminar orgullosamente por la calle luciendo una kipá. De evitar el consumo de carne, a disponer de comida kosher para toda la comunidad.

Fue durante esta semana en la que yo mismo tuve la posibilidad de caminar por la calle usando mi kipá, atender el servicio religioso y celebrar shabat en ese famoso hotel. Además de cantar y bailar en hebreo abrazado a mis compañeros y comer platos que fueron preparados siguiendo las estrictas prácticas que nos indica nuestra religión.

Todo ello gracias a la normalización de las relaciones trilaterales sellada en los acuerdos y al coraje de líderes judíos a quienes admiraré por siempre.

Que quede claro: lo que hoy resulta peligroso para algunos de mis amigos que viven en Europa y Estados Unidos, es completamente seguro en los Emiratos.

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Inspirados en el liderazgo del Sheik Zayed Bin Sultán Al Nahayan que continúa con su heredero, el Sheik Khalifa Bin Zayed, los EAU son la prueba de que una visión de largo plazo, pragmatismo político, foco en la ejecución y el sostenimiento de valores primordiales como la tolerancia, la coexistencia y la unión llevan a la prosperidad económica de toda una nación y – ostensiblemente – a la de toda una región.

Visión de largo plazo, como la que nos compartió Brian Lott, Responsable de Comunicaciones del fondo soberano Mubadala que maneja inversiones por USD 250Bn en más de 50 iniciativas sostenibles alrededor del mundo. O la que pudimos palpar cuando visitamos Masdar. Es una ciudad diseñada y construida para ser completamente sustentable y autoabastecida ofreciendo una mejor calidad de vida para sus habitantes. El mismo largo plazo con el que se piensa en la Academia Diplomática Anwar Gargash, donde desarrollan a los jóvenes que servirán al país en las próximas décadas.

Con ellos generamos una conexión inmediata y conversamos durante horas. Conocimos – entre tantos otros – a Nabiha, la presidenta de esta camada de estudiantes quien nos recibió con cálidas palabras. A Shaima, que estudiaba hebreo como uno de los lenguajes electivos en su cursada. También a Muhammad que se ofreció a llevarnos a pasear por Abu Dhabi y a Moussa quien rió durante varios segundos cuando se enteró que compartíamos el mismo nombre, aunque en idiomas distintos (Moussa es Moshé).

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Pragmatismo, el mismo que se puso de manifiesto cuando conversamos con el Ministro de Comercio Exterior, S.E Dr. Thani Al Zeyoudi, al destacar que el año pasado se produjo una oleada de actividad diplomática en la región destinada a reducir las rivalidades políticas y promover el crecimiento económico. Emiratos Árabes Unidos alineó explícitamente su política exterior con sus intereses económicos. Redujo su proyección en conflictos regionales y se acercó a Turquía, su rival regional.

Y tolerancia, coexistencia, respeto por las diferencias. Todo lo que hemos podido ver durante nuestra visita a los Emiratos está teñido de estos valores, que no son declamativos, sino que han permeado en una sociedad que demuestra estar profundamente identificada con ellos; Especialmente en los más jóvenes y las nuevas generaciones.

Valores que se reflejan en el “camino de la tolerancia” en la Gran Mezquita Sheik Zayed, la más grande del país. A la que puede acceder cualquier persona que desee visitarla. Allí nos recibió el Dr. Yousif al–Obaidli, su Director General, a quien tuve el placer de conocer, entregarle un presente y conversar sobre la importancia de nuestra dedicación al diálogo interreligioso, a más de 13.900km de distancia. Tan lejos pero tan cerca.

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Valores que se vuelven tangibles en proyectos como la Abrahamic Family House que tendrá lugar en Abu Dhabi. A partir de su inauguración a mediados de 2022 – albergará una mezquita, una iglesia y una sinagoga en un mismo complejo que personificará la coexistencia armoniosa entre religiones y a su vez preservará el carácter único de cada una de ellas.

El viaje a Emiratos me deja decenas de anécdotas y una energía y optimismo únicos de cara al futuro. Hace apenas 85 años nuestro pueblo era perseguido y asesinado sistemáticamente en Europa. Hoy, bienvenidos y homenajeados, podemos caminar orgullosos de ser quienes somos en la tierra de la 103° y más joven comunidad judía que se une como miembro del Congreso Judío Mundial.

Solía ser parte de delegaciones en viajes y destinos en los que revivíamos y recordábamos nuestra historia. Hoy siento que la estamos escribiendo.

Ezequiel Sporn: Joven Diplomático Congreso Judio Mundial

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