Cientos de personas asistieron el miércoles por la tarde al funeral de Aryeh Schupak, de 15 años, residente del barrio Har Nof de Jerusalén que murió en un atentado con bomba a la entrada de Jerusalén el miércoles por la mañana.
Schupak estudió en la ieshivá Beit Meir y obtuvo la ciudadanía canadiense. Fue asesinado junto a su buen amigo, con quien viajaba a la ieshivá todas las mañanas y que sufrió heridas en el bombardeo.
El padre de Schupak dijo: «Solo quiero despedirme de mi hijo, Aryeh. Te pido disculpas. Dios dio y Dios tomó. Era un niño que nos enseñó una lección».
El director de la escuela donde estudió Schupak dijo: «Aryeh todavía está aquí con nosotros». Agregó que el martes, un miembro del personal notó que Aryeh no se sentía bien y le dijo que no fuera a la ieshivá al día siguiente. Pero Aryeh insistió en venir a orar en la ieshivá y aprender.
“Luchó mucho, con todas sus fuerzas, no tuvo una vida fácil”, agregó el rector. «Se aferró a sus tefilín y sus estudios, y se las arregló para ponerse en un buen camino. Estaba destinado a la grandeza».
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«No hay una sola persona en toda la clase que pueda decir que alguna vez vio ira en este niño; con Aryeh, no sabía qué era la ira. Caminaba por la calle y ayudaba a todos los que podía, era amado por todos.»
El rabino David Yosef se lamentó: «Qué horrible es acompañar a un niño, que fue Bar Mitzvah no hace mucho tiempo, un simple niño, que terminó la escuela primaria hace apenas un año, junto con mi nieto. Se crió en una familia muy especial. , buenos padres, justos, con buen carácter, una familia increíble. Llegó a la ieshivá, estuvo allí un año, y ahora lo acompañamos a su lugar de descanso eterno. Oy, es tanto dolor».
«Cuando tenemos personas que luchan contra la Torá, Dios nos castiga. Aquellos que luchan contra nosotros no son una ‘nación’, nunca existió una nación palestina. Son una nación de asesinatos. Ven el asesinato como algo sagrado». «Nuestro trabajo es fortalecer nuestra fe en el Creador del mundo. Nuestra guerra contra ellos será por medio de la Torá, que nos sentemos y sirvamos a Dios».
Shlomo Benjamin, amigo de Schupak y consejero en la ieshivá en la que estudió, le dijo a Kan Reshet Bet que Schupak era «el más especial del grupo y querido por todos».
Según él, había un tercer estudiante de ieshivá que cruzó la calle en el momento de la explosión, después de escuchar al amigo de Schupak pedir ayuda.
«No dijo nada sobre Aryeh, pensamos que simplemente no estaba allí», dijo Benjamin.
“Solo después de las oraciones nos informaron que Aryeh había estado allí”, dijo Benjamin a Esti Pérez Ben-Ami. «Sabíamos de su amigo Elchanan, que estaba herido, que estaba allí. Después de las oraciones, la madre de Aryeh nos dijo que había entrado en la sala de operaciones y comenzamos a orar por su recuperación. Y luego nos enteramos. Aryeh era querido por todos. Tenía humor y estaba lleno de alegría. Luchó como un león para tener éxito en sus estudios. Nos lo quitaron. Estamos tratando de digerir esto juntos».