El secretario general de la AMIA, Gabriel Gorenstein, dialogó en exclusiva con Vis á Vis sobre los primeros meses de gestión de la Comisión Directiva (CD) de la institución y aseguró que se está haciendo «un esfuerzo muy grande en sostener todo lo que tiene que ver con educación y programas sociales”.
Además, recordó que «la AMIA nació como Jevrá Kadishá, una de sus misiones fundamentales. Los cementerios, tanto de Tablada como Berazategui y Liniers, son predios de grandes extensiones. Requieren de un gran mantenimiento, tarea que se hace con total dedicación, pero hay cuestiones que nos exceden a nosotros como organización social, y deben estar en manos de las autoridades nacionales y provinciales. De todos modos, en materia de prevención, se llevaron adelante obras muy costosas que están teniendo buenos resultados en los tres cementerios», precisó.
Sobre la juventud comunitaria, expresó que está cada vez más integrada. «El presidente, el secretario y el tesorero de la AMIA somos personas de menos de 50 años que pertenecemos a una generación diferente a nuestros predecesores, por lo que hay un recambio notable. Van surgiendo nuevos líderes y es importante poder apoyarlos”, agregó.
¿Cuál es tu balance de estos primeros meses de gestión?
En primer lugar, creo que es un hecho muy positivo haber sumado en la CD a integrantes de las tres listas que participamos de la elección. Poder encontrarnos en una misma mesa es una novedad política, al menos en lo que a mí respecta, que me parece muy importante.
Eso nos permite poder trabajar en diferentes áreas, atendiendo a todas las visiones. Es positivo además porque la interacción está siendo muy buena. Estamos haciendo un esfuerzo muy grande en sostener todo lo que tiene que ver con educación y programas sociales. También se ve un fortalecimiento de cada una de las secretarías.
-
¿Qué sentís al representar a la AMIA en tu rol de secretario general?
Una responsabilidad enorme. La AMIA está pronta a cumplir 130 años y ser un continuador de ese legado es una responsabilidad que llevo con mucho orgullo. Permanentemente, cuando estamos representando a la AMIA, somos conscientes de que cada palabra que decimos, cada impronta que llevamos, tiene consecuencias. Eso nos hace estar muy enfocados en cuál es nuestra misión y defenderla en cualquier foro en el que participamos.
-
¿Cómo ves a la actual CD de AMIA? Hay una sensación de pluralismo en el conjunto teniendo en cuenta que hay dirigentes de las tres listas que se presentaron.
No sólo es una sensación. No importa cuál fue el origen que lo llevó a cada uno a estar en la CD. A la hora de tomar decisiones, dejamos de lado esas cuestiones y nos ponemos a trabajar.
Empieza a ser mucho más relevante cómo es cada uno como persona, liderando diferentes secretarías, por ejemplo. Eso cobra mucha más relevancia que el factor al que representaba en origen. No importa de qué lugar hayan venido, la apertura es total y ese es un camino que se va construyendo. Hay un trabajo mancomunado muy bueno. Hicimos para Sucot un encuentro con las familias de quienes integramos la CD. Fue una muy linda experiencia que habla de la integración que existe.
Finalizaron las obras de renovación de seguridad en el Cementerio de la Tablada. ¿Qué te produce ese hecho?
Se cumplió el objetivo. La AMIA nació como Jevrá Kadishá, que es una de sus misiones fundamentales. Los cementerios, tanto de Tablada como Berazategui y Liniers, son predios de grandes extensiones. Requieren de un gran mantenimiento, tarea que se hace con total dedicación, pero hay cuestiones que nos exceden a nosotros como organización social, y deben estar en manos de las autoridades nacionales y provinciales. De todos modos, en materia de prevención, se llevaron adelante obras muy costosas que están teniendo buenos resultados en los tres cementerios. Eso es producto de estar atrás de cada uno de los temas. Igualmente tenemos reuniones periódicas con los diferentes organismos nacionales y municipales por el tema de la seguridad en cada uno de los lugares.
-
¿Cómo están avanzando las obras de la sala velatoria en la calle Loyola?
Muy bien. Se está trabajando con los tiempos que estaban previstos. La inauguración se calcula para mediados del año próximo. Será un hito para toda la Kehilá. Merecemos tener un lugar acorde y más confortable para poder despedir a nuestros seres queridos, para vivir ese momento tan especial en un espacio que garantice una mejor atención de los servicios de sepelios que se brindan.
¿Cuáles son los próximos objetivos?
La inauguración de Loyola será, sin dudas, uno de los primordiales. En paralelo, tenemos un camino para recorrer y llegar al 130° aniversario. El año próximo va a ser un año de trabajo y de preparación para el 2024, que esperamos que sea con una gran cantidad de iniciativas y proyectos que llevaremos a cabo para llegar a esa oportunidad.
-
Estuviste presente en la primera convención de comunidades judías observantes. ¿Cuál es tu reflexión?
Todo lanzamiento o primer evento lo vivo con mucha alegría. En esa convención participé de la gala que se hizo, donde se anunció la formación de una Tnuá Hanoar observante. Me parece buenísimo que se amplié el espectro de opciones que hay para la juventud. Es una demostración de que hay un sector religioso observante que está inmerso cada día más en nuestra Kehilá. Ese congreso se hizo en conjunto con la Organización Sionista Mundial, lo que muestra una apertura, y contribuye a romper barreras y prejuicios. También estuve con el Seminario Rabínico. Creo que es una de las acciones fundamentales: acompañar y estar en cada una de estas oportunidades.
-
¿Con la visita de Yaakov Hagoel se profundizó el trabajo conjunto con la Organización Sionista Mundial?
Sí. Es prematuro ponderarlo todavía. Hemos tenido un primer acercamiento muy fuerte, junto con Amos Linetzky en Basilea, donde participamos de los festejos por el primer Congreso Sionista. Con Yaakov tuvimos la oportunidad de encarar muchos trabajos en conjunto. La AMIA tiene con varios de los departamentos de la OSM muchos programas en conjunto, y la organización apoya muchas de las actividades que hacemos.
-
¿Cómo está la relación de la AMIA con las demás instituciones centrales?
Estamos en un muy buen momento, caracterizado por el trabajo mancomunado. Creo que sabemos cuáles son las incumbencias de cada una de las organizaciones, y se trata de respetarlas, y de pensar cuál es la mejor forma de fortalecernos entre todos. Como un ejemplo en ese sentido, estuve en las Macabeadas para adultos acompañando a la gente de FACCMA en un evento fabuloso que hicieron. Apoyándonos entre todos es lo mejor que podemos hacer por la Kehilá.
-
¿A nivel general cómo ves a la juventud de la comunidad?
Cada día más integrada. Y lo digo en primera persona. El presidente, el secretario y el tesorero de la AMIA somos personas de menos de 50 años que pertenecemos a una generación diferente a nuestros predecesores, por lo que hay un recambio notable. Van surgiendo nuevos líderes y es importante poder apoyarlos.
-
¿Cómo ves a la comunidad judía argentina?
Para empezar, diría que no es lo mismo una comunidad con poca cantidad de familias, como puede ser, por mencionar una localidad, la de Catamarca, que la de Buenos Aires o la de Córdoba. Cada una tiene características, dimensiones y dinámicas propias. Hay muchas que han registrado un crecimiento importante y comenzaron a desarrollar nuevas actividades. Con mucha alegría, hemos visto el fortalecimiento de la comunidad de la de San Martín de los Andes o la Kehilá del Valle de Córdoba, por ejemplo.
Hay temas que nos preocupan y uno de ellos es, sin dudas, la crisis socio económica del país. La comunidad judía no está exenta de esa situación y lo notamos en cómo ha crecido la demanda de prestaciones sociales.
Nuestro objetivo es acompañar, estar al lado de las personas que están atravesando momentos complicados. El área de Programas Sociales de AMIA atiende hoy a más de 7.000 personas, que son destinatarias de los diferentes proyectos que llevamos adelante.
-
¿Y cómo ves a la dirigencia judía argentina?
La veo bien. Tenemos muchos desafíos por delante. Se respira un buen clima, aunque hay diferencias como sucede naturalmente en cualquier grupo humano. Tenemos que seguir abocados en diseñar las mejores respuestas para cada una de las demandas que surgen de nuestra comunidad.
-
¿Cuáles crees que serán los próximos pasos del gobierno que encabezará Netanyahu en Israel?
No puedo separar la respuesta del plano personal, ya que pertenezco al Likud. Viví el proceso electoral con cierta alegría por la vuelta del Likud al gobierno, lo que se va a dar en las próximas semanas. La veo también con cierta preocupación. Me encantaría que pase como en AMIA, que ahora estamos todos sentados en la mesa. No es solo la potestad de quien tiene el poder de repartir o abrir el juego, sino de los diferentes factores, para aceptar una derrota electoral y querer estar sentado, y continuar aportando en la construcción colectiva del Estado de Israel.
-
¿Te ves en un futuro siendo presidente de alguna organización central de la comunidad judía argentina?
Desde lo personal, creo que en algún momento podría darse, pero no es algo que hoy tenga en mente ni que esté transitando un camino hacia ese objetivo. Esa posibilidad, además, no solo tendría que ver conmigo. Ocupar un cargo de esa naturaleza implica dejar momentos con nuestras familias y actividades personales. Formar parte de una organización requiere de un gran sentido de la responsabilidad y una dedicación plena.
Leer más: El Espacio de Arte AMIA inaugurará la exposición “Matriz”, de Julián Pesce