La hipocresía. Por Rab Rubén Najmanovich

La hipocresía. Por Rab Rubén Najmanovich
La hipocresía. Por Rab Rubén Najmanovich

Quien quiera pensar acerca de la guerra que comenzó en octubre del año pasado, y continuó con los ataques del Hezbolláh, sumado a los ataques de los huties del Yemen (estos como brazo actuante de Irán), ha de partir de una premisa sin la cual nadie entendería nada: “Esta no es una guerra de Israel en contra de los árabes palestinos, o en contra del Líbano, o contra el Yemen, sino que es una guerra que tiene lugar contra organizaciones terroristas, esencialmente antisraelíes, que poseen armas de exterminio masivo, entre ellos cohetes de largo alcance, armas que ni siquiera algunas naciones árabes de la región disponen (Jordania, Arabia Saudita, el propio ejército del Estado del Líbano)”. La intención es llevar a cabo la destrucción no solo del Estado de Israel, sino del Pueblo Judío todo. No verlo es ser ciego, mas bien es obstruido. Fernando Mires, noviembre 2023.

No es necesario divagar mucho sobre el tema. Hamas lo ha repetido sin cesar, casi en cada
declaración pública: el objetivo es la erradicación del Estado de Israel. Un objetivo
delirante, sin duda. Pero no menos delirante que el de la Alemania nazi: fundar un Dritte
Reich. Ni tampoco que el de la Rusia de Putin: crear un nuevo orden mundial comenzando
por la absorción de Ucrania.

Los dictadores y quienes los siguen suelen trazar objetivos delirantes. No obstante, si los
objetivos son delirantes, los medios utilizados para alcanzar esos objetivos no siempre lo
son. Por el contrario, suelen ser realistas, bien pensados y con buen uso del cálculo
geopolítico.

La continuación de la verborragia del presidente Lula, es el delirio de todos aquellos que
desean perpetuarse en el poder, las verdaderas razones de los líderes de izquierda que han
manifestado sus tentáculos dictatoriales, muy bien aprendidos de los “demócratas
dirigentes políticos de muchos de los países árabes, donde las teocracias son dueños y
señores de sociedades sin libertades”.

Días atrás en la avenida más populosa de Brasil, la Avenida Paulista, en San Pablo, las
banderas de Brasil e Israel flameaban juntas, como un himno a la libertad, como si
Beethoven hubiese creado una nueva sinfonía.

Así como fue destruido el becerro de oro, símbolo de degradación, como relata el libro
Éxodo en la porción semanal, que recorremos en esta semana, también la manifestación delPueblo Brasilero fue la destrucción del “becerro de oro de la izquierda retrógrada, judeofoba de Brasil”.

Se habla de excesos. De respuestas desproporcionadas. La verdad es que la guerra siempre es un exceso, siempre es una barbaridad, en el estricto sentido de la palabra. ¿Qué es, entonces, una respuesta proporcionada? ¿Qué tiren más de 10 mil misiles hacia el otro lado con una eficacia mayor y allí sí matar indiscriminadamente? ¿Cuántos muertos hay que esperar para justificar una reacción? ¿Cuántos genocidios más debemos esperar como el del 7 de octubre pasado, para reaccionar? ¿Cuántas mujeres más deben ser violadas, cuántos bebes deben ser quemados, cuántos más deben ser secuestrados, cuántos deben ser decapitados?

Todo esto quienes primero lo saben son los Estados árabes responsables. Lo tiene claro
Egipto, que cierra a cal y canto su frontera con Gaza. Lo tienen bien asumido Jordania y
Arabia Saudita, acusados de complicidad o cobardía por los movimientos radicales, que
también operan en contra de su institucionalidad, pretendiendo desplazarlos hacia el
sendero ciego del fanatismo y la violencia.

En el fondo, digámoslo con todas las letras, lo sabemos todos. Pero hay quienes creen que
sólo se puede posar de “izquierda” si se está contra de Israel, porque es el aliado de los USA en el difícil equilibrio de esa región; que sólo se puede invocar humanismo clamando por una paz que justamente han quebrado quienes aparecen como víctimas circunstanciales de una tormenta que ellos mismos desataron para justificar su propio radicalismo.

Leer más – El rescate de los Sifrei Tora checos. Por Rabina Graciela Grynberg

Todos los esfuerzos por la paz, naturalmente, son bienvenidos. Pero ninguno tiene el menor
sentido si no es sobre la base de que Hamas deponga su objetivo de la desaparición de Israel, que Irán utilice sus recursos no para crear armas de destrucción masiva, sino para beneficio de su pueblo, y más otorgarle libertades que reclaman. En ese sentido no vemos
manifestaciones masivas exigiendo un estado que ofrezca libertad a sus ciudadanos. No
vemos reclamos masivos para que finalicen las masacres en Siria, o que depongan las armas que apuntan contra Israel, por parte del grupo Terrorista Hamas. Quien de buena fe actúe, primero que intente arrancarle algún compromiso a quienes cierran toda hipótesis de diálogo. ¿Qué diálogo puede haber si una de las partes proclama la desaparición de la
otra?

Mientras no se cambien los textos en las escuelas y las prédicas en las mezquitas sembrando el odio contra el Estado de Israel, contra el pueblo judío, siempre aparecerá alguien más fanático, que cometerá aberraciones, que incitará a la violencia, al terror, para continuar este largo conflicto, justificados en movilizaciones y silencios cómplices de aquellos gobiernos que se dicen democráticos.

Leer más – 5 meses secuestrado: transformando dolor en acción

No está de más recordar a Stefan Lux, un periodista judío eslovaco y ciudadano
checoslovaco, quien se suicidó en la asamblea general de la Liga de las Naciones durante su sesión del 3 de julio de 1936. Esto fue para alertar a los líderes mundiales de los crecientes peligros del expansionismo, militarismo, y fundamentalmente del antisemitismo alemán.

¿Debemos ir a la ONU, y suicidarnos para llamar la atención del mundo? ¿Qué es lo que
pretende este mundo enfermo, que Israel no se defienda, y vayamos al matadero como
corderitos? En algunos medios de comunicación, el 90% de sus noticias respecto a Israel no son verdad y el otro 10% son mentiras. Que Hipocresía, que ignorancia premeditada
infundada en una fobia esquizofrénica.

Finalicemos con la siguiente sentencia de Julio Gartner Z”L (sobreviviente del Holocausto),
fallecido en el año 2018, en San Pablo, Brasil: “Porque la intolerancia, el odio, y el silencio
cómplice es lo que lleva a muchas de las tragedias que vemos hoy en día”.

Shavua Tov Umeboraj.
 

Por Rabino M.Ed. Ruben Najmanovich

DEJAR UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí