El pasado lunes se realizó un multitudinario acto en repudio al asesinato de la familia Bibas frente a la sede del Club Naútico Hacoaj en la Ciudad de Buenos Aires y Mauro Berenstein fue uno de los principales oradores.
El acto «Unidos Contra el Terrorismo», fue organizado por la AMIA, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), la Organización Sionista Argentina (OSA), y el Foro de Familias de Secuestrados y Desaparecidos.
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«Unidos Contra el Terrorismo»: una multitud en el emotivo acto que se realizó en Buenos Aires
Aquí el discurso completo de Mauro Berenstein:
Agradecemos al Gobierno Nacional por su apoyo permanente al Estado de Israel y por su lucha contra el terrorismo internacional. También, a la Secretaría de Cultura, que con sus luminarias el Palacio Libertad exhibió el jueves pasado la bandera del Estado de Israel.
Al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por apoyar y hacer lo posible para realizar este acto y por proyectar en el Obelisco los rostros de Ariel, Kfir y Shiri Bibas, al igual que el Puente de la Mujer.
Escuché una frase en un reportaje que no puedo olvidar, y quiero compartirla, para alzar nuestra voz contra el terrorismo, contra la barbarie, contra la oscuridad que amenaza con imponerse sobre la civilización, con absoluta claridad: El grupo Hamás y sus actos representan el mal absoluto.
El asesinato de los hermanos Kfir y Ariel Bibas, es todo lo que está mal y es EL MAL ABSOLUTO.
Los hombres de bien hacen un culto a la vida. Creemos en el respeto, en la convivencia, en la dignidad de cada ser humano. Buscamos construir, educar, sanar.
Hamás hace un culto a la muerte. Celebra la destrucción, glorifica el martirio, siembra el terror. Y por eso, Hamás y sus actos son el mal absoluto.
El asesinato de civiles inocentes es el mal absoluto. La masacre indiscriminada de hombres, mujeres y niños, es el mal absoluto.
Cada ataque terrorista que destruye familias y arranca vidas, es el mal absoluto.
El secuestro de personas, usadas como moneda de cambio, sometidas a torturas y humillaciones, es el mal absoluto. No hay excusa, no hay justificación, no hay contexto que convierta en legítimo lo que es simplemente criminal.
El lanzamiento de misiles sobre ciudades enteras sin distinguir entre soldados y niños, entre combatientes y ancianos indefensos, también es el mal absoluto.
Debemos defendernos de los asesinos que instalan discursos de odio, generan antisemitismo y de los grupos terroristas que asesinan y violan, y que luego pretenden culparnos por defendernos. NO LO LOGRARÁN.
El adoctrinamiento del odio, la enseñanza de la violencia como único camino y la utilización de niños como escudos humanos, son el mal absoluto.
Hamás no solo destruye vidas con armas; cercena el futuro al educar generaciones enteras en favor de la muerte.
Frente a esto, no podemos callar, no podemos ser neutrales ante el horror. Porque la neutralidad ante el terrorismo es complicidad y el silencio, sólo fortalece a los asesinos.
Por eso, hoy reafirmamos lo que es evidente para quienes defienden la vida, la justicia y la paz: Hamás y sus actos representan el mal absoluto.
Contra ello, sólo hay una respuesta: el terrorismo y quienes lo cometen deben desaparecer. Sólo debe existir la Justicia, la determinación y la Memoria.
Ariel Bibas no pudo comenzar la escuela primaria y su hermanito, Kfir, no tuvo la oportunidad de ir al jardín de infantes.
Hay una canción de Shaylee Atary que dice que “en nuestro jardín de infantes cada día nos despedimos, pero sabemos que mañana nos volveremos a encontrar, excepto con aquellos que de repente ya no regresarán al jardín porque me dijeron que simplemente se fueron más allá de las nubes…”.
Con el dolor que nos atraviesa, una vez más: ¡¡¡exigimos el retorno a sus hogares de todos los secuestrados el 7 de octubre de 2023!!!