El desgarrador testimonio de Hananel Gez, esposo de Tzeela, asesinada por terroristas cuando estaba por dar a luz

Acompañando a decenas de mujeres de Judea y Samaria que se reunieron el martes frente al Campus Gubernamental en Jerusalén, pidiendo al gobierno que cambie la política de moderación frente al terrorismo, estuvo Hananel Gez, viudo de Tzeela Z’L, quien fue asesinada cuando se dirigía al hospital para dar a luz a su cuarto hijo.

Hananel, quien llamó al público a sumarse a la demanda de que el gobierno ponga fin a lo que él llama una política de moderación frente al terrorismo.

Gez instó al primer ministro Benjamin Netanyahu a «venir a la UCIN, mirar a Ravid Chaim a los ojos y prometerle que no habrá más padres como yo que tengan que pasar por tanto sufrimiento. Que no habrá más madres que tengan que morir así en nuestras carreteras de una manera tan cruel y bárbara. No hay lugar para esto».

Gez describió su decisión de emigrar a Israel. «Hice aliá a Israel desde Nueva York a los 25 años solo, para construir una casa en Israel, no para enterrar a mi esposa. ¿Por qué enterramos a nuestras esposas?

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Miren a las queridas mujeres que tenemos por todo el país. ¡Lo único que quieren es vivir, déjenlas vivir! Si alguien nos hace daño, sabemos cómo tratarlo. Si alguien viene de otro lugar e intenta entrar al Aeropuerto Ben-Gurión, no le dejaremos entrar al país y hacernos daño. Entonces, si ya vive aquí, ¿por qué permitimos que continúe?

Gritó: «¿Cómo vivimos? En un estado de esquizofrenia. Toda mujer embarazada debería poder tener la seguridad de que el Primer Ministro se preocupa por su seguridad. No de que la asesinen camino a la sala de partos».

Concluyó con una exigencia directa del Primer Ministro: «Exijo que el Primer Ministro haga todo lo posible para que el pueblo de Israel se sienta seguro en su tierra. No hay razón para que sigamos sufriendo así. Ya nos duele bastante el corazón; no necesitamos ir a otra shivá, a otra, a otro ataque y a otro. ¿Por qué esto continúa año tras año? ¿Por qué?».

Añadió con dolor: «¿Somos unos ingenuos? ¿De quién? ¿De todo el mundo? ¿Decidirán cómo vivimos? Nadie decidirá por nosotros. Merecemos vivir; esa es la necesidad humana básica: vivir seguros. Exijo que el Primer Ministro haga todo lo posible para que algo así no vuelva a ocurrir».

Arutz Sheva