Egipto: potencial regreso del régimen de Mubarak. Por Prof. George Chaya

Egipto se prepara para votar un referéndum constitucional y las aguas se agitan nuevamente. Los miembros de la Hermandad Musulmana y otros sectores políticos han expresado su descontento con el documento del gobierno de transición que convoca a las urnas para tal evento. Ante tal situación, se profundizan las amenazas de mayor violencia en el país.

El líder y ex candidato presidencial Abdel Munim Aboul-Fatouh, médico de profesión y miembro de la cúpula de la -ahora proscripta- Hermandad Musulmana, que se desempeñó durante más de una década en la Mesa de Organización partidaria, está buscando posicionarse con una nueva imagen de moderado en aspectos sociales y se desplazo políticamente hacia la izquierda para romper con la proscripción de la organización con la finalidad  de participar del referéndum.

El Dr. Aboul-Fatouh ha objetado el llamado a las urnas por una nueva constitución y pide a los egipcios que la rechacen. El ha declarado públicamente en las últimas horas que tal intento del gobierno de transición constituye un hecho coercitivo y aunque se presentara al referéndum, su posición es la de evitar la reforma constitucional. En consonancia con la Hermanad, Fatouh se opone a cualquier modificación y a la hoja de ruta del gobierno alegando que carece de sustento legal y que disparara una atmósfera de violencia inmanejable para las autoridades.

La hoja de ruta en cuestión dio lugar a nuevas manifestaciones y dividió fuertemente a la sociedad egipcia. En este marco el Consejo Político de los Hermanos Musulmanes ha pedido un voto por el «no» a la reforma prometiendo ‘ríos de sangre en caso de producirse’. Sin embargo, una serie de cambios han tenido lugar en la escena que obliga a evaluar el escenario egipcio y las dudas sobre la integridad del proceso de referéndum sobre la confirmación y la intención de las autoridades por inclinarse a una suerte de regreso a los lineamientos del depuesto gobierno de Hosni Mubarak. Por tanto, el referéndum está más cerca del gatopardismo que de un instrumento válido para medir la opinión pública egipcia, y puede resultar altamente peligroso ante la violencia generalizada que promete la Hermanad en caso de modificarse la Constitución promulgada por sus dirigentes en el año 2012, cuando ejercía el gobierno y detentaba el poder.

Por último, pero no menos importante, la Constitución volvería a imponer a los militares por encima de todas las instituciones del Estado. Sin embargo el verdadero problema del rechazo al referéndum se basa en la adhesión a los principios de la democracia real, por no hablar de la atmósfera que rodea el proceso democrático en términos de libertades, de derechos políticos y civiles, de la igualdad de oportunidades y de las ideas, como de otras cuestiones sin las cuales la democracia no tiene sentido.

Lo cierto es que Egipto debe efectuar un cambio real en la estructura del Estado buscando un equilibrio entre el autoritarismo laico con alta influencia del poder militar sobre sus instituciones, como también debe distanciarse de la visión y la creencia del ejercicio del poder teocrático que la Hermandad ejerció erróneamente con Mursi como presidente del país. Sin embargo, la cambiante situación direcciona peligrosamente al país a una etapa en que la violencia puede recrudecer de forma exponencial.
La política egipcia está clínicamente muerta desde el 3 de julio de 2013, y todas sus áreas de ejercicio se han limitado. Al mismo tiempo, los asesinatos, las detenciones y las violaciones a los derechos humanos han regresado al país una vez más, lo que dio lugar a un escenario de peligro social en escalada y esto es algo que el gobierno actual está utilizando con el fin de volver al régimen de Mubarak, pero con ello está creando una gran resistencia armada con un marco opositor de violencia creciente dentro de la Hermandad Musulmana.

En vista de ello, el futuro que veamos en el mediano plazo será un ambiente de libertad restringido y un escenario en el que la violencia crecerá inexorablemente.

En síntesis, una vez más queda demostrado que los publicitados triunfos de la revolución egipcia no han sido más que ruidosas consignas que en nada han traído cambios genuinos para el pueblo, y más grave aún, que la violencia amenaza con convertirse en una espiral sin principio ni final a la vista.

Por Prof. George Chaya, es BA in History. Es consultor experto en Relaciones Internacionales para el Oriente Medio, Europa y América Latina.  Es autor de ¨La Yihad Global, el terrorismo del Siglo XXI¨ y varios libros de pensamiento.

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