En la madrugada de este sábado Israel ha retirado todas las medidas de seguridad de las inmediaciones de la Explanada de las Mezquitas, objeto de la violencia desatada en las últimas dos semanas, y los palestinos apostados en las cercanías lo celebraron con muestras de alegría, informó radio israelí Kan.
Las vallas de metal y estructuras para cámaras que se desmontaron, así como los detectores de metal retirados el miércoles, formaban parte de la lista de exigencias que las autoridades musulmanas que administran el recinto dieron a la policía israelí, según The Times of Israel.
El presidente palestino, Mahmud Abás, se reunirá este jueves con los miembros de su gabinete para tratar este desarrollo de los acontecimientos.
El gran muftí de Jerusalén, Mohamed Ahmed Husein, señaló que volverán a rezar dentro de Al Aqsa sólo después de que la entidad custodia jordana del lugar, el Waqf, haya confirmado la completa retirada de las medidas de seguridad israelíes.
Como respuesta al ataque del pasado día 14, en el que tres árabes israelíes salieron del complejo de Al Aqsa armados y mataron a dos policías druso israelíes en uno de los accesos a la Ciudad Vieja de Jerusalén Este, y que ellos murieran también en el suceso, Israel instaló medidas de seguridad en las entradas a la explanada.
Esas medidas, consideradas por los musulmanes una vulneración del statu quo de su tercer lugar más sagrado (tras La Meca y Medina), provocaron protestas y enfrentamientos en Jerusalén Oriental y Cisjordania en las que murieron cuatro adolescentes palestinos.
Además, un palestino acuchilló hasta la muerte a tres miembros de una familia de colonos, en Cisjordania.
El disputado recinto, llamado por los musulmanes Haram esh-Sharif y por los judíos Monte del Templo, es el lugar más sagrado para el judaísmo, si bien los judíos no pueden rezar dentro de él, pero sí en el Muro de las Lamentaciones que se encuentra a sus pies.
Infobae con información de EFE