Durante el año pasado, Mi Refugio lanzó el programa “Sumate”, el cual posibilita a todas las familias que concurren a alguna institución comunitaria acceder sin cargo durante tres meses a este country, ubicado en la localidad de Canning a sólo media hora de la Capital.
Entre los directivos que llevaron adelante esta tarea, se encuentran dos jóvenes countristas “nacidos” en Mi Refugio, Ezequiel Goldsztein, actuario de 37 años, y Eitán Grynwald, comerciante de 41, quienes integraron la Subcomisión del proyecto “Sumate”, desde donde tanto en 2017 como en la actualidad están implementando este innovador proyecto.
Consultados por las razones del nacimiento del programa, Ezequiel afirma que “la idea surgió a partir de que observábamos que muchos countristas deseaban alquilar o vender su casa a personas que fueran de la comunidad, por su compromiso de mantener la tradición comunitaria del country. Así que este programa busca que se pueda generar una demanda con un perfil comunitario, no solo para estos countristas sino para sostener el perfil del country en general”. Por su parte, Eitán agrega que “la zona de Canning tuvo un impresionante desarrollo en los últimos años, con lo que muchas personas buscaban casas en barrios cerrados de la zona, y Mi Refugio, por su nivel de infraestructura y servicios, y su relación costo-beneficio de las expensas, es muy atractivo. Pero la búsqueda del country es mantener el perfil comunitario”. Por otra parte, señala que “decidimos también abrir las puertas porque no es fácil comprar o alquilar una casa en un country sin conocerlo, en relación a sus espacios, su gente, o sus actividades. Por eso les proponemos que durante el verano vengan, prueben, lo experimenten, lo vivan, conozcan nuestra gente, y si les gustó y se pudieron integrar, se conviertan en parte de esta comunidad”.
¿Cuál fue la respuesta de los demás countristas al enterarse del proyecto?
Eitán: La mayor parte lo aceptó con gusto, ya que se trata de una comunidad abierta deseosa de conocer nuevas personas, aunque también estuvieron quienes cuestionaban la gratuidad total del programa, pero muchos luego cambiaron su actitud al ver la buena convivencia con las personas que se sumaron al proyecto, y los resultados para Mi Refugio en términos de los objetivos de sostener el perfil comunitario de la institución.
Ezquiel: De hecho el objetivo se cumplió con creces, superó todas las expectativas, muchas personas de la comunidad se enteraron de este country gracias a “Sumate” y los que se animaron a probarlo estuvieron muy a gusto, por lo que varios decidieron quedarse.
¿Cuál es el perfil del participante?
Eitán: Si bien buscábamos fundamentalmente padres jóvenes con hijos pequeños, ya que eso asegura el futuro del country, lo cierto es que llegaron todo tipo de perfiles, desde abuelos hasta parejas sin hijos.
Ezequiel: Fue en efecto un perfil muy variado, aunque todos tenían como rasgo común que estimaban que tenían la posibilidad de alquilar o comprar una vez finalizado el programa, una de las cuestiones que se les plantea a quienes se interesan en sumarse al proyecto. Y si bien no todos se quedaron, muchos afirmaron que estudiarían la posibilidad más adelante, y otros tuvieron muy buenos comentarios ante su grupo social, lo que motivó que nueva gente se acerque.
También diseñaron un espacio especial para el proyecto. ¿En que consistió?
Eitán: Mi Refugio no es un club, por lo que no tiene lockers o vestuarios pensados para quienes vienen a pasar el día. Entonces, buscamos que la gente tuviese un lugar para hacer base, y así convertimos el Club House que había en la zona del golf, en un lindo espacio equipado con armarios, mesas, sillas, parrillas, cocina, heladera, y un estacionamiento a solo 50 metros. Fue algo muy bueno porque renació un lugar con poco uso.
Ezequiel: Sucede que es un espacio muy bien ubicado, en la zona del golf, con una muy linda vista, y es muy cómodo y con privacidad. Los participantes del programa ahí también se sociabilizan, pero no solo entre ellos, ya que muchos countristas empezaron a usar estos lugares, y además está cerca de muchos de los espacios principales del country. Porque la idea es que los participantes se integren a Mi Refugio.
¿Qué otras acciones lleva adelante el country para reforzar su perfil judío?
Eitán: El country le da un espacio central al judaísmo. Junto a “Sumate”, se hacen importantes celebraciones de Pesaj, Iom Haatzmaut, y Rosh Hashaná, para las cuales el departamento de juventud prepara el acto en las semanas previas, incluyendo lo referente a todos los valores y conceptos referidos a la festividad. De hecho, Mi Refugio cuenta con una escuela de madrijim propia, cuyos egresados viajan luego a Israel por medio de Bekeff de Faccma. También, las calles del country pasaron a tener todas nombre en hebreo, y se construyó una Menorá en el Club House, además del convenio que se firmó con DAIA para que todos los afiliados a sus instituciones miembros puedan participar de “Sumate”.
Ezequiel: A eso se debe agregar que el country participa en todas las competencias de Faccma y en las Macabeadas, y que la escuela de madrijim, una propuesta de excelencia creada y desarrollada desde hace años en Mi Refugio, garantiza la Hadrajá y la continuidad de los jóvenes en el country.
¿Qué otros aspectos pueden rescatar como distintivos de Mi Refugio?
Ezequiel: El country es una comunidad de 300 familias, donde la mayoría nos conocemos, lo cual da una sensación de familia ampliada, con mucha tradición, de abuelos a nietos que concurren al country. Hay un canto que dice ‘roja la sangre, verde el corazón’, por los colores institucionales, y eso resalta mucho por ejemplo en las Macabeadas.
Eitán: Hay en efecto un sentido de pertenencia muy fuerte.
¿Y esa misma solidez del tejido comunitario, no podría dificultar la integración de nuevos countristas?
Ezequiel: De ninguna forma, no solo porque se trata de una comunidad muy abierta, sino porque la etapa inicial está muy bien trabajada por el departamento de juventud, ya que sus profesores y madrijim trabajan muy bien con el punto de entrada, que son los chicos, ya que todo eso lleva al grupo de chat de padres, y por otra parte cuando los chicos participan de las actividades, como los torneos de Faccma o los intercountries, los padres se encuentran y socializan. Es en esas ocasiones que son invitados a otras actividades, sobre todo las deportivas.
¿Y que sucede con los que no le gusta hacer deportes?
Eitán: Los deportes no se limitan a fútbol, tenis o hockey, también hay otros como golf, gimnasia o running, u otras actividades como rikudim, yoga, coro, pintura, o dominó y burako para los más grandes. Pero además cualquiera sea el deporte, todos tienen sus partidos recreativos no-competitivos, donde juega cualquiera y se la pasa muy bien.
¿Existen otros beneficios para los participantes de “Sumate” que deseen continuar en el country?
Ezequiel: Todos aquellos que se incorporen al country, pueden invitar sin cargo a sus padres e hijos todas las veces que quieran, con derecho a uso de todas las instalaciones, lo cual puede hacerles a sus familiares evitar el pago de otro country.
Eitán: Además, una casa puede ser ocupada por dos familias, lo que apunta a un rango de gente joven que tal vez no tiene aún el nivel económico que se logra en la adultez, pero permite que cada familia pueda abonar solo el 60 por ciento de las expensas. Después, ya están todos los beneficios incorporados, porque funcionamos diferente a un club, la gente que paga sus expensas, tiene todos los beneficios posibles, tanto del uso de las instalaciones como de participación en las actividades.
¿Cómo se debe hacer para comunicarse e interiorizarse sobre el programa “Sumate”?
Quienes quieran sumarse, venir a visitar el country, o conocer otros detalles de este programa gratuito, pueden llamarnos al teléfono 4295-8550, interno 2, o mandarnos un mail a [email protected]