Lo sucedido en los cementerios muestra claramente la necesidad de un cambio en la dirigencia de nuestra AMIA. Es realmente una vergüenza que los líderes ortodoxos del BUR nos quieran imponer sus reglas para enterrar a nuestros seres queridos fallecidos, pero no tuvieran en 15 años de conducción de la AMIA la menor intención de cuidar a los que ya están enterrados.
Siento la necesidad de expresar lo que siento. Por el descuido y la falta de respeto hacia nuestros muertos y la inexistente contención comunitaria con los vivos.
En mi caso el monumento de mi padre fue profanado y la información de lo sucedido la he recibido a través de un medio de comunicación. Ante mi reclamo a las autoridades, un funcionario de los más representativos me respondió: «que eran más de 300 familias las tumbas profanadas. Que les llevaría un tiempo, pero lo harían”.
Pasaron 20 días y no existió aún contacto alguno, ni siquiera sabemos si existen fotos de los lugares de cada uno para garantizar de esa manera que la AMIA reponga las palabras, que en el dolor de la pérdida cada uno inscribió en esas placas con el amor hacia ese ser querido. Queda en evidencia su desidia y una vez más, su falta de gestión.
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Se gastan millones de dólares en renovar la sede del velatorio de la calle Loyola y no aplican ningún recurso para contar con una seguridad acorde que impida situaciones como las acontecidas en los últimos días en nuestros cementerios. Alzo la voz de lo que muchos piensan, pero no tienen la oportunidad para ponerlo en palabras.
Sólo una dirigencia que no hizo lo que tuvo que hacer en estos 15 años de gobierno se excusa delegando su responsabilidad y reclamándosela a aquellos que no tienen voluntad alguna en hacerlo. Muestra de esto es que hemos tenido ya 3 atentados. Hoy contamos con todos los recursos, las herramientas técnicas y medios disponibles para prevenir el riesgo de profanaciones en un porcentaje muy elevado, pero nada de esto se hace. La tumba de mi padre se encuentra ubicada a escasos metros de la entrada principal lo que deja en evidencia que ni en el principal acceso al cementerio, existía tan siquiera una persona cuidando.
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Esta conducción en 15 años debe haber tenido decenas de profanaciones en nuestros cementerios. Y hoy sabemos que no hay plan de seguridad. ¿No se priorizó porque son muertos? ¿No hay presupuesto? El 70% de los ingresos de AMIA provienen del cementerio. Sencillamente hay mala praxis de parte de la conducción y al manifestarlo, algunos dirigentes en lugar de actuar y denunciar a los responsables, nos tildan a nosotros de oportunistas, lo que los convierte en cómplices de lo que sucede.
Es simple: esta dirigencia, en su mayoría del BUR (que es el partido religioso ortodoxo) ha generado año a año mayor pérdida de confianza en cuanto a la gestión de la AMIA. Es una conducción quieta y sin respuestas, así también lo demostró durante la pandemia y también lo denunciamos
Las misiones centrales de la mutual que están claramente descriptas en el estatuto: apoyo a la educación judía y ayuda social al que lo necesita, no se cumplen.
Muchos dirigentes prefieren ocultar lo que realmente pasa, observamos que la inversión en marketing, notas o prensa crece, pero cada vez hay menos presupuesto para la educación, la asistencia social o el trabajo por el futuro de la comunidad en su conjunto.
Sergio Brukman es presidente de Fundación Judaica, ex presidente de Fundación BAMA y ex Presidente de la Escuela Comunitaria Arlene Fern.
Es una verguenza que nunca hayan solucionado este problema. En tantos años podrian haber instalado camaras en lugar de esperar la » buena voluntad» de la policia para custodiar. Ya sabemos que no va a ocurrir. Instalen camaras y controlen!!!