Hace 28 años que asesinaron a 85 argentinos en Buenos Aires. Fue un atentado terrorista con un claro objetivo judeófobo de matar a cuantos más judíos se pudiera y se convirtió en el atentado terrorista más importante de la historia latinoamericana.
Este atentado, 28 años después, continua impune, los culpables los cómplices, todos aquellos que ayudaron a matar argentinos en suelo argentino en un claro acto de guerra continúan impunes.
El fiscal Nisman llegó a las conclusiones pertinentes de que había sido la Guardia Revolucionaria iraní, esa misma guardia que mantiene a través de su Fuerza Quds planteamientos bélicos y terroristas en muchos lugares del mundo. La misma guardia que se infiltró vía Venezuela por toda Latinoamérica
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28 años de impunidad de fracaso absoluto de quiebre de la Justicia Argentina de dolor de la victimas de intentos de silencios y también del asesinato de un fiscal, Alberto Nisman, cuyo asesinato también continua impune.
A 28 años tres cosas; Que Argentina tiene un deber con la Justicia, que su Justicia está quebrada y que el silencio sobre las victimas es un silencio letal que las asesina una segunda vez.
Lo segundo que el terrorismo vinculado a las fuerzas Quds y a las Guardia Revolucionaria iraní no solo no acabo, sino que se perpetua en distintos lugares del mundo: Irak, Yemen, Líbano y ahora está infiltrado en Latinoamérica.
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Atención porque lo que puede ocurrir en el futuro puede ser grave. Ahí tienen ustedes el avión iraní de las fuerzas Quds. ¿Qué hacía?, ¿venia de paseo? Es evidente que estamos ante una estructura que tiene una clara vocación terrorista.
La tercera conclusión: ¿puede haber otro atentado como el de AMIA en Buenos Aires, en Argentina, en Latinoamérica? Sí, sin ninguna duda. Ningún servicio de inteligencia importante del mundo tiene dudas al respecto. El riesgo existe y la impunidad de los asesinos ayuda a aumentarlo.
Por AMIA por las víctimas, por el recuerdo, por la Justicia.