Moléculas desarrolladas en Israel podrían retrasar significativamente el Parkinson y el Alzheimer

Una imagen de mitocondrias en células de vaca, teñidas de amarillo brillante para su visualización
Una imagen de mitocondrias en células de vaca, teñidas de amarillo brillante para su visualización

Investigadores en Israel afirman que encontraron un nuevo grupo de moléculas para reparar el tejido celular dañado en la población que envejece, a menudo la causa de enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson y la insuficiencia cardíaca.

En el estudio, Einav Gross y Shmuel Ben-Sasson, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, presentaron un grupo de moléculas encontradas en modelos de laboratorio que, según dicen, pueden renovar la vitalidad celular en tejidos enfermos, protegiendo a las células humanas del daño para mantener su función.

“En el futuro, esperamos poder retrasar significativamente el desarrollo de muchas enfermedades relacionadas con la edad y mejorar la calidad de vida de las personas”, expresó Ben-Sasson.

Con la edad, los tejidos se ven afectados por la disfunción del mecanismo de la célula para eliminar las mitocondrias defectuosas. «Las ‘centrales eléctricas’ de la célula, responsables de la producción de energía», explicaron, por su parte, los investigadores.

Además, Gross dijo: “Se pueden comparar con pequeñas baterías eléctricas que ayudan a que las células funcionen correctamente. Aunque estas ‘baterías’ se desgastan constantemente, nuestras células tienen un mecanismo sofisticado que elimina las mitocondrias defectuosas y las reemplaza por otras nuevas».

Es este proceso degenerativo el que conduce a enfermedades relacionadas con la edad, como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la insuficiencia cardíaca y la sarcopenia, según los científicos de Israel.

Se espera que la cantidad de personas de 65 años o más en todo el mundo se duplique con creces. Estiman pasar de 771 millones en 2022 a 1600 millones para 2050, según el informe Perspectivas de la población mundial de la ONU.

Para iniciar estudios preclínicos para aplicar sus hallazgos en un fármaco oral, Gross y Ben-Sasson fundaron la startup Vitalunga, junto con Yissum, la empresa de transferencia de tecnología de la Universidad Hebrea.

“Los hallazgos de Ben-Sasson y Gross tienen un valor significativo para la población mundial que envejece”, aseguró el CEO de Yissum, Itzik Goldwaser. «A medida que Vitalunga avanza hacia los estudios preclínicos, están más cerca que nunca de minimizar la carga insoportable que las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como el Alzheimer y el Parkinson, tienen sobre las personas, sus familias y nuestros sistemas de atención médica».

Vía The Algemeiner

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