Actualmente, a los turistas en Israel todo les cuesta aproximadamente un 20 por ciento menos que a un residente en el país.
No es que los comercios le cobren menos, es que en todas las compras, sin excepciones, el turista puede conseguir el reembolso del IVA, lo cual supone hoy, cuando el país aún no tiene demasiado turismo, nada menos que 500 millones de dólares anuales.
Pero esto se acaba. Como el turismo va bien, como el Estado necesita dinero, como por todo se aplican tasas turísticas a los viajeros, el gobierno de Netanyahu prácticamente confirma que en breve acabará con este privilegio para el turismo.
Y, como era de esperar, el sector turístico fue en contra de la medida. De alguna manera hay que entender que Israel está comenzando a reflotar en el área turismo, pese a la crisis de COVID, cuyos efectos en la economía fueron notables.
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Ahora mismo los empresarios y los partidos que apoyan al gobierno de Israel están enzarzados en una batalla por el IVA al turismo. Su entrada en vigor sería con el nuevo presupuesto para 2023-2024, que se votará el próximo días 23 de marzo.
El Gobierno tiene un argumento sólido: no aporta mucho, porque los turistas no viajan debido a ese descuento, y en cambio es muy costoso para el país. Igualmente, crea un agravio comparativo al turismo interior.
Fuente: Preferente.