A partir de la guerra en Gaza, una de las acusaciones contra Israel es que ataca a civiles en sus operaciones contra Hamás.
Israel Hayom publicó un artículo en el que se refiere a uno de los temas de la actualidad, en el que se lanzan numerosas acusaciones de crímenes de guerra.
El debate se centra a menudo en si Israel ataca intencionadamente a civiles o lleva a cabo operaciones militares en Gaza, en el marco del derecho internacional. Este artículo pretende analizar las complejas capas de esta cuestión, explorando las definiciones de crímenes de guerra, las acciones tanto de Israel como de Hamás y las implicaciones más amplias del conflicto.
Las recientes escaladas de violencia, en particular tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023, reavivaron el debate sobre los crímenes de guerra. La naturaleza brutal de estos ataques, que provocaron la muerte de miles de civiles israelíes, conmocionó a la nación y provocó una enérgica respuesta de Israel. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron ataques aéreos sobre Gaza, lo que provocó acusaciones inmediatas de crímenes de guerra por parte de críticos de todo el mundo.
Este conflicto en curso tiene múltiples frentes, incluidos el campo de batalla y el espacio digital, donde se configuran las narrativas y la desinformación puede propagarse rápidamente. El peso emocional del lenguaje utilizado –términos como “crímenes de guerra”– puede oscurecer las definiciones legales y las realidades sobre el terreno. Comprender el contexto de estas acusaciones es crucial para navegar por el complejo panorama del derecho internacional y la ética militar.
¿Qué constituye un crimen de guerra?
Para evaluar si las acciones de Israel cumplen con las definiciones legales de crímenes de guerra, primero debemos entender qué constituye un crimen de guerra. Según el derecho internacional, en particular las Convenciones de Ginebra, los crímenes de guerra incluyen el ataque intencional contra civiles, el uso de escudos humanos, la toma de no combatientes como rehenes y la tortura de prisioneros.
Si bien Hamás empleó tácticas que violan estas leyes, como utilizar a civiles como escudos humanos y realizar ataques indiscriminados, el foco de atención aquí está puesto en las acciones de Israel. Las FDI declararon en repetidas ocasiones que sus ataques aéreos no están dirigidos contra civiles sino contra objetivos militares asociados con Hamás. La pregunta crítica es: ¿Son estas acciones crímenes de guerra intencionales u operaciones militares lícitas?
¿Israel ataca intencionalmente a civiles en Gaza?
Uno de los principales argumentos contra Israel es que sus operaciones militares causan importantes bajas civiles en Gaza, aunque las cifras se basan en las afirmaciones de Hamás, que son muy poco fiables. Los informes indican que algunas de las víctimas en Gaza son civiles, incluidos mujeres y niños. Esto plantea la cuestión de si las acciones de las FDI constituyen crímenes de guerra. Sin embargo, la definición legal depende de la intención. Si la intención detrás de los ataques aéreos es atacar a Hamás y no a civiles, entonces no constituyen un crimen de guerra.
Las FDI dieron órdenes de evacuación a los civiles de Gaza y tomaron medidas para minimizar los daños colaterales. Estas acciones sugieren una intención de evitar las bajas civiles. Si bien no se puede pasar por alto la trágica realidad de las muertes de civiles, la distinción entre ataques intencionales y daños colaterales es crucial para determinar la legalidad de las acciones militares.
Números inflados
El ministerio de Salud de Gaza, aunque parezca oficial, está dirigido por Hamás, como todos los demás ministerios de Gaza. Cuantos más civiles mueren en Gaza, más fuerte y legítimo se vuelve el apoyo a Hamás. Por ello, tiene sentido que Hamás infle el número de muertes civiles para conseguir apoyo internacional y nacional. Esto debe tenerse en cuenta al estudiar sus cifras.
Fuerza desproporcionada
Los críticos suelen destacar la naturaleza desproporcionada de la respuesta de Israel a los ataques de Hamás. El marcado contraste en las bajas plantea dilemas éticos y jurídicos. Sin embargo, la proporcionalidad en la guerra no equivale a un número igual de bajas en ambos bandos, sino que implica evaluar si el daño civil previsto es proporcional a la ventaja militar obtenida de la operación.
Hacer estallar un edificio civil que alberga a terroristas no es un crimen de guerra, aunque se pierdan vidas civiles. En la práctica, esto significa que, si bien las bajas civiles son trágicas, no indican automáticamente un crimen de guerra si el objetivo militar se considera necesario y justificado. La justificación de los ataques de las FDI siempre se basa en la necesidad de proteger a sus ciudadanos de Hamás.
Acceso a la ayuda humanitaria
Otro aspecto importante del conflicto es el bloqueo y el acceso a la ayuda humanitaria para los palestinos en Gaza.
La realidad en Gaza es que Hamás ha estado desviando la ayuda hacia sus fines militares, lo que complica aún más la situación. Hamás utiliza la ayuda internacional para fomentar su terrorismo y también la vende a los palestinos a un precio más alto. Esto ha sido corroborado por muchos palestinos frustrados a quienes les han robado la ayuda.
La forma en que Hamás gobierna Gaza ha planteado importantes desafíos a la población civil. Según informes, Hamás se ha mostrado indiferente ante el sufrimiento de los palestinos y ha priorizado los objetivos militares por sobre las necesidades humanitarias.
Acusaciones de crímenes de guerra
La percepción pública desempeña un papel importante en la configuración de la narrativa en torno a las acciones de Israel. Muchas personas, impulsadas por la propaganda del sufrimiento en Gaza, pueden llegar a la conclusión de que Israel está cometiendo crímenes de guerra. Sin embargo, es esencial reconocer que la intención importa en el derecho internacional. Las acusaciones contra Israel a menudo pasan por alto el contexto de sus operaciones militares y los objetivos declarados de proteger a sus ciudadanos.
La realidad es que Israel no ganaría nada atacando deliberadamente a civiles. Las consecuencias de tales acciones serían catastróficas, no sólo para la reputación de Israel, sino también para la seguridad de los judíos en todo el mundo. El conflicto en curso ha provocado un preocupante aumento del antisemitismo en todo el mundo. Las acusaciones de crímenes de guerra contra Israel a menudo se traducen en un sentimiento antijudío más amplio, lo que da lugar a violencia y discriminación contra las comunidades judías en todo el mundo.
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Vía Israel Hayom