Un niño israelí que participaba de un paseo educativo por Jerusalén junto a sus compañeros de la escuela se topó con descubrimiento en el suelo: se trata de una bella cruz de hace cien años, posible testigo de un viejo peregrinaje cristiano a la Ciudad Santa.
Nehorai Nir, de diez años, compartía con otros alumnos un recorrido del pintoresco barrio de Ein Karem, en la capital de Israel. En un momento del paseo, cuando se detuvieron a recoger frutas, detectó «una hermosa granada roja» en el suelo.
«Corrí a recogerla y descubrí un gusano dentro, así que la dejé de mala gana», pero al regresar con el grupo «vi un objeto colorido que brillaba en la tierra: lo saqué y me emocioné mucho» por el sorprendente hallazgo en Jerusalén, contó Nehorai.
Los supervisores del paseo le explicaron que era el momento de llamar a los expertos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), quienes al llegar al lugar del descubrimiento «se mostraron muy entusiasmados».