“Le Sens Des Choses” (en francés) o “Reformed” (en inglés), la serie inspirada en la rabina francesa Delphine Horvilleur, se estrenó en HBO Max.
Horvilleur, de 50 años, fue periodista (trabajó como corresponsal de la televisión francesa en Israel por tres años) antes de convertirse en la rabina más famosa de su país, donde, por ejemplo, ofició algunos de los funerales judíos más destacados, como el de la política Simone Veil.
La serie abreva en algunos aspectos de la vida de Horvilleur y comparte las aventuras de Léa, una joven de 28 años que decide hacerse rabina. Se trata de «una historia de humor y drama» protagonizada por Elsa Guedj, Éric Elmosnino y Manu Payet.
Le Sens des Choses se basa en el libro “Vivir con nuestros muertos”, de la propia Horvilleur, y “explora los retos y contradicciones de su heroína, dividida entre su misión espiritual y sus cuestiones personales”.
“Vivir con nuestros muertos”, publicado originalmente en francés en 2021 e inglés en 2024, comprende 11 ensayos sobre los muertos que aún conviven con Horvilleur. Abarcan desde amigos íntimos hasta figuras más conocidas, como Elsa Cayat, columnista judía asesinada en el atentado terrorista de 2015 contra Charlie Hebdo, y el primer ministro israelí Itzjak Rabin, asesinado en 1995 al final de un mitin al que Horvilleur asistió, donde prometió la paz entre israelíes y palestinos.
Léa, la protagonista de “Le Sens Des Choses”, vive en un mundo más aislado de la violencia política y la guerra que invaden la vida judía moderna. La serie comienza en la pintoresca y tranquila Estrasburgo, donde lidia con conflictos emotivos pero cómicos entre sus primeros visitantes: una pareja de casados que discrepa sobre la circuncisión de su hijo en el primer episodio, y un hijo que se niega a celebrar su Bar Mitzvá por su preocupación por el cambio climático en el segundo. Estos miembros de la comunidad acuden a Léa en busca de respuestas que a la nueva rabina, indecisa, le cuesta dar.
Aunque Horvilleur calificó a Léa de “muy diferente a mí”, reconoció que el personaje incorpora sus enseñanzas sobre cómo aceptar la incertidumbre.
“Decidieron crear un personaje lleno de dudas, lo cual es una buena forma de recordarle a la gente que, en realidad, las certezas son muy a menudo una amenaza en el ámbito religioso”, expresó Horvilleur.

Ella misma, de joven, debatió durante años sobre su camino. Se preguntó si quería ser rabina congregacional o escritora, maestra o filósofa judía, y finalmente decidió construir su rabinato negándose a elegir entre esos compromisos.
“La razón por la que puedo enseñar, hablar en los medios y estar presente en la vida intelectual francesa es porque acompaño a la gente a diario. Y viceversa: siento que mi trabajo congregacional como rabina se nutre en gran medida de mi compromiso con la sociedad francesa”, añadió.
Cuando Horvilleur se convirtió en rabina, las mujeres aún no eran ordenadas (haber estudiado la ley judía y recibido el mandato rabínico) en Francia. Su trayectoria fue poco convencional en otros aspectos: nació en Nancy, de padres que conservaban la cultura judía pero no practicantes. A los 17 años estudió medicina en la Universidad Hebrea de Israel, donde también se involucró con el partido de izquierda Meretz.
Tras el asesinato de Rabin, regresó a Francia y trabajó como periodista. Pero llevó de Jerusalén su pasión por la interpretación de textos judíos antiguos y estudió con figuras como el filósofo Marc-Alain Ouaknin y el ex rabino principal Gilles Bernheim.
Ante la imposibilidad de estudiar el Talmud como mujer en Francia, Horvilleur asistió a la yeshivá Drisha en Nueva York antes de matricularse en el Hebrew Union College del movimiento reformista en 2008. De regreso en París, su perfil se fortaleció como líder del Movimiento Judío Liberal de Francia y como rabina de la sinagoga Beaugrenelle.
Desde el principio, Horvilleur se enfrentó al reto de demostrar su legitimidad como joven rabina, una tarea que compartía con Léa en “Reformed”. Pero Horvilleur, una figura pública en auge, también tuvo que defenderse de los ataques por sus posturas políticas.
Vía JPost