«Tenemos un país, una provincia, una ciudad, inclusivos en las que los distintos credos tienen un nivel de convivencia excepcional, en las que los distintos colectivos, las distintas minorías, ‘diferentes’ entre comillas, pueden, podemos, caminar por sus calles con tranquilidad de no ser atacados por su condición. Esto no es lo normal en la mayoría de los países. Valoremoslo, cuidémoslo, luchemos por ello y por lo solicitado por el Papa Francisco hoy y todos los días del año», pidió Horacio Roitman, presidente de la filial Santa Fe de la DAIA en el brindis anual que organiza la entidad.
El encuentro -que se había interrumpido los últimos dos años por la pandemia- es un clásico ámbito de diálogo entre actores sociales, empresarios, religiosos, políticos y periodísticos de la ciudad. En el salón de Macabi la política santafesina sigue demostrando su capacidad de diálogo más allá de los eventuales cruces sobre determinados temas. Fue la ministra de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, Celia Arena quien representó al gobernador Omar Perotti ausente por razones de agenda. Arena departió con dirigentes políticos de distintos espacios. Estaban entre otros el diputado nacional Mario Barletta, el senador provincial Felipe Michlig; el presidente de la Cámara de Diputados, Pablo Farías así como Maximiliano Pullaro, Claudia Balagué y Sergio Basile, integrantes del cuerpo. Otro que no pudo llegar por encontrarse de viaje fue Emilio Jatón. No obstante, varios integrantes de su gabinete encabezados por los secretarios de Gobierno, Mariano Granato; de Educación y Cultura, Paulo Ricci o de Ambiente y Cambio Climático, Franco Ponce de León así como varios ediles con el presidente del cuerpo, Leandro González a la cabeza. En el salón también se lo vio al ex intendente José Corral así como a los presidentes y directivos de las instituciones que conforman la Mesa del Diálogo. Así la Universidad Católica estuvo representada por su rector, Martín De Palma y la UNL por el secretario de Relaciones Institucionales, Javier Aga. Y tampoco faltaron los distintos credos que conviven y dialogan en Santa Fe: sacerdotes católicos, rabinos, pastores evangélicos y el imán Manwar Gill departieron con otros de los invitados tras escuchar a la soprano Susana Caligaris que, entre otras interpretaciones, hizo una exquisita versión de ‘Honrar la vida’.
Roitman y Arena fueron los encargados de darle significado al acto que se inició con un video institucional marcando el trabajo de la entidad anfitriona contra la discriminación y el odio. El titular de DAIA resaltó estar «complacidos de recibirlos para celebrar juntos los 87 años de lucha permanente contra el antisemitismo, la xenofobia, la discriminación y todo tipo de discurso de odio, por el respeto a la diversidad, con especial hincapié en la defensa de las políticas de inclusión, diálogo y derechos humanos«. Y subrayó «la permanente articulación con todos los actores políticos, tanto provinciales como municipales, con independencia del partido político que representen«.
Después hizo la enumeración de las actividades realizadas durante el año, muchas de ellas en combinación con el estado provincial, el municipal o las entidades. Más tarde, la ministra Arena recalcó que estas son políticas de colaboración y cooperación se mantienen pese a los cambios de color políticos en los gobiernos provincial y municipal. La funcionaria de Perotti también subrayó el nivel de diálogo existente en la provincia e hizo votos para sostenerlo en el tiempo.
Roitman dejó para el final un acontecimiento que definió como de inmensa trascendencia. «El pasado 22 de noviembre el Papa Francisco recibió en El Vaticano a una delegación de 100 líderes judíos de más de 50 países , incluidos, por supuesto, delegados argentinos. Si dicha recepción puede ser catalogada como un hecho histórico, mas aún lo es la realización, días subsiguientes, de las sesiones plenarias del Congreso Judío Mundial en la sala sinodial de la Santa Sede. Una postal impensada durante casi dos mil años de dificultosa convivencia y a 57 años de Nostra Aetate, valiente declaración del Concilio Vaticano II». De ese encuentro, Roitman tomó del Sumo Pontífice el concepto de que «nuestras dos comunidades de fe tienen encomendada la tarea de trabajar para que el mundo sea más fraterno, combatiendo las formas de desigualdad y promoviendo una mayor justicia, para que la paz no se quede en una promesa de otro mundo, sino que se convierta en una realidad del presente en nuestro mundo».
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La salida de Israel
En su alocución, Roitman marcó que se está próximo a celebrar los 75 años de la declaración de la independencia del Estado de Israel. Aclaró que «hoy este pequeño país, más chico que la provincia de Tucumán, y con sólo algo más de 9 millones de habitantes, exporta anualmente 165.000 millones de dólares, el 75 % de alta tecnología, y un PBI per cápita, en 2021, de u$s 44.000«. No obstante, aclaró que no siempre fue así. «Hace solamente 40 años, Israel basaba su economía principalmente en la exportación de flores y naranjas. Por aquel entonces, el país enfrentaba una grave crisis financiera a la que se unía una crisis fiscal sin precedentes y una hiperinflación anual superior al 400%. Cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia. Ellos no tenían petróleo, ni gas, ni litio, ni soja, ni siquiera agua». Entonces recordó que «el primer y fundamental paso dado para superar la crisis fue un gran acuerdo de las fuerzas políticas mayoritarias» y la consecuente definición de un «proyecto nacional a largo plazo». Enseguida hizo votos para que en la Argentina «podamos dar ese primer y fundamental paso».