Médicos israelíes atendieron con éxito el parto de un bebé mientras trataban a la madre de un accidente cerebrovascular.
La mujer, embarazada de nueve meses, sufrió un ataque súbito y la trasladaron de urgencia al Centro Médico Shaare Zedek. En cuestión de minutos, un equipo de siete médicos israelíes elaboró un plan para salvarle la vida y preparó una cesárea para que la bebé naciera sana y salva.
“El parto terminó con éxito y la niña nació sana y salva”, afirmó la madre, que pidió que no la nombren públicamente. “Al final de la operación, me pusieron a la bebé encima durante un breve periodo de tiempo, y las pruebas y mediciones salieron normales”, contó.
Por su parte, la mujer, que se recupera en su casa, accedió ahora a compartir su historia que tuvo lugar el mes pasado.
El Dr. Roni Eichel, jefe del servicio de neurología, dijo que médicos y enfermeras trabajaron con fervor y atendieron el parto en las tres horas siguientes a la llegada de la madre al hospital.
“Había una verdadera sensación de estrés; al fin y al cabo éramos responsables no sólo de una vida, sino de dos”, declaró . “Después, todo el equipo médico estaba muy emocionado, y a la mañana siguiente, cuando llegué a la UCI y los vi, sentí mucha alegría”.
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La paciente, que es conferencista, dejó de hablar a media frase mientras daba una presentación, sin explicación alguna. Un miembro del público, cuyo padre sufrió recientemente un ictus, se dio cuenta de la situación y llamó a una ambulancia.
Eichel y su equipo nunca habían tratado a una paciente así, pues los casos de ictus entre mujeres a punto de dar a luz no son habituales.
“Cuando hay ictus en mujeres jóvenes normalmente son después del embarazo, pero no justo antes del parto. El drama para los médicos de una paciente con ictus durante el embarazo es grande. Quieren hacer todo lo posible por salvar a la paciente y, al mismo tiempo, hacer todo lo posible por salvar al bebé. Eso no es fácil”, comentó el doctor.
Un equipo de siete médicos se ocupó de ella. Le hicieron pruebas de imagen, además de un TAC especial que ofrece una imagen muy precisa de dónde estaba la arteria cerrada causante del ictus. Los médicos descartaron la cirugía y decidieron utilizar medicación para intentar estabilizarla.
Por la salud del feto intentaron practicar la cesárea lo antes posible, pero antes querían estabilizar a la madre.
“Estabilizamos a la madre lo suficiente como para practicarle una cesárea, pero seguía presentando algunos signos de infarto. Existía el riesgo de que tras la cesárea su situación neurológica empeorara, pero confiábamos, basándonos en los escáneres, en que se recuperaría”, agregó Eichel.
También dijo: “Los principales signos de un ictus son debilidad en las extremidades de un lado del cuerpo, dificultad para hablar y deformidad facial. En caso de aparición de uno o varios de estos signos, se recomienda buscar tratamiento en la unidad más cercana. Conocer los signos de alarma puede salvar vidas. En este caso, la vigilancia de la participante en la conferencia salvó su vida y la del bebé”.
Vía The Times of Israel