En la última reunión realizada en Canadá Donald Trump, Presidente de los EE.UU, les hizo recordar a los integrantes del G7, países occidentales democráticos y liberales, las palabras del Ayatollah Alí Jamenei, líder supremo de la Teocrática República Islámica de Irán: “El régimen sionista es un tumor letal, peligroso y canceroso, por lo que debe ser erradicado y eliminado del mapa”. ¿No es similar a lo escrito por Adolf Hitler en su librito “Mi Lucha” que, por no detenerlo a tiempo Édouard Daladier de Francia y Neville Chamberlain de Gran Bretaña el mundo pagó con 50 millones de muertos, entre ellos 6 millones de judíos de los cuales 1,5 millones eran niños?
Los casi 200 países de las Naciones Unidas (ONU) desoyeron ésta terrible amenaza y han permitido que Irán prosiga campante con su proyecto misilístico nuclear. El Estado de Israel ha quedado sola y no tuvo otra opción que iniciar, con la aprobación de casi la totalidad de sus habitantes (87%), la eliminación del mencionado proyecto nuclear de la terrorista Irán.
Trump, con gran esfuerzo, ha logrado que la Cumbre del G7 resolviera: 1) Israel tiene derecho a su defensa existencial por lo cual apoya la iniciativa militar de la aviación israelí y 2) El régimen iraní no debe desarrollar el proyecto misilístico nuclear pues atenta contra la seguridad y la vida de los ciudadanos israelíes en especial y del mundo en general. Éstas dos Declaraciones representan un gran paso adelante que elimina las anteriores proclamas dubitativas de un simple e inútil cese de fuego con el que insistía el tímido Emmanuel Macrón de Francia, el indeciso Freedrich Merz de Alemania y el vacilante Keir Starmer de Gran Bretaña.
- La contundente decisión de Donald Trump sobre la guerra a Irán
- Antiguos y nuevos judíos renegados y traidores. Por Víctor Zajdenberg
Ya retirándose de la Asamblea del G7, para encarar la toma de decisiones en el tema Irán, Trump ha dejado plantadas en la misma dos semillas poderosas para un cambio fundamental en la geopolítica internacional: 1) El G7 deberá, una vez finalizada la guerra en Ucrania, reincorporar a la Federación Rusa para al G8 de comienzos de éste siglo y 2) Una vez consolidada ésta estructura, invitar también a China a integrarse para convertir el G8 en el necesario G9 cuyo objetivo principal sería acabar con las guerra actuales y futuras ya que no es posible soslayar la importancia geoestratégica de dos potencias económicas, militares y nucleares como lo son Rusia y China.
Como puede verse la movida de Trump ha producido asombro y una consecuente necesidad de analizar y profundizar semejante Revolución creativa que habrá de requerir, con total seguridad, una nueva consideración en la original presentación del “Choque de Civilizaciones” que, en su momento, desarrollara Samuel P. Huntington pensando en la reconfiguración del Orden Mundial.
Por Victor Zajdenberg.
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Importante comentario de Don Victor. Muy objetivo y claro en «tiempo real», la posición y estrategia de Israel es incuestionablemente la más objetiva y necesaria. Después se verá que sucede con potencias como Rusia y China.